El anciano Valerio Ramírez Praderas (68) y su hijo de 16 años, que sufría de autismo, murieron carbonizados tras incendiarse su casa al caer una vela sobre gran cantidad de cartones que reciclaban, en El Agustino.

El fuego se inició a las dos de la madrugada de ayer y ocho unidades de bomberos llegaron a la vivienda de la avenida El Agustino 208, de donde Aureliana Calili Capcha (65) pudo salir a tiempo junto con otro hijo que sufre de retardo mental.
La mujer desesperada pedía a los hombres de rojo que rescaten a su esposo e hijo, pero las llamas se habían propagado por toda la vivienda y nada se pudo hacer para salvarlos.

Luego de tres horas, los bomberos apagaron las llamas y al rebuscar entre los escombros hallaron los cadáveres calcinados de las víctimas.

Por otro lado, a las tres de la madrugada, en Barrios Altos, se produjo otro incendio de proporciones en la quinta San Pablo del jirón Miró Quesada 1372, donde se quemaron seis viviendas, pero no se reportaron personas fallecidas. Al parecer, fueron ‘fumones’ los que originaron el fuego.

INFORMACIÓN PREVIA

Un incendio en una vivienda ubicada a la altura de la cuadra 5 de la Av. José de la Riva Agüero, en El Agustino, dejó dos personas muertas, padre e hijo, además de dos personas heridas, una de ellas graves.

El siniestro se inició, según vecinos de esta zona de El Agustino, habría empezado por una vela, la cual desató varias explosiones, al parecer de balones de gas, dentro de la casa de la familia Ramírez Calibri a las 2 a.m., propagándose con velocidad debido al material precario con la que estaba construida la vivienda.

Algunos miembros de la familia pudieron escapar, pero el esposo e hijo de Aurelia Calibri no pudieron salir a tiempo. Los bomberos, posteriormente, confirmaron la muerte de Valerio Ramírez Pradera y su hijo de 16 años.

Al hospital fueron trasladados dos personas heridas, una de ellas con graves quemaduras en casi el 80% de su cuerpo producto del incendio y se encontraría en estado crítico.

Los cuerpos de padre e hijo fallecidos en el penoso incendio fueron trasladados a la Morgue Central de Lima.