Por: Miryam Beteta

El narcotraficante Augusto Gavilano Schiantarelli confirmó ayer que escuchó al tío de Liliana Castro, Luis Manarelli Rachitoff, hablar por teléfono con un colombiano, pero desconoce si se trata del sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina, contratado para acabar con la vida de la empresaria Myriam Fefer el 15 de agosto del 2006. Liliana Castro fue absuelta de este caso.

“Yo escuché hablar por teléfono a Luis Mannarelli con un colombiano, a quien llamaba ‘el colom’, pero no sé si se trataba de Alejandro Trujillo Ospina”, sostuvo Gavilano Schiantarelli tras precisar que desconocía que el mencionado tenía taller de motos, pese a que él tenía una y prefería hacer mantenimiento en un taller de Barranco.

Gavilano Schantarelli hizo tal afirmación en la audiencia del juicio oral contra Eva Bracamonte por el crimen de su madre a cargo del colegiado ‘B’ de la Segunda Sala Penal Para Reos en Cárcel, donde precisó que conocía a Manarelli Rachitoff porque ambos estudiaron primaria en el colegio Cristo Redentor.

Ante este tribunal, el narcotraficante también negó haber llevado a Alejandro Trujillo Ospina hasta la casa de Myriam Fefer, tal como este último lo afirmó. Asegura haber estado trabajando en Estados Unidos de manera ilegal en limpieza cuando se cometió dicho crimen del que se enteró por la prensa.

“Es falso, mi registro migratorio lo puede probar. No entiendo porque ha dicho eso. No conozco a Alejandro Trujillo Ospina y no lo he llevado a mi casa de playa como él dice. No tenemos ningún tipo de amistad”, señaló Augusto Gavilano.

Esta afirmación, derivó a que la sala a cargo de este interrogatorio decida pedir al departamento de migraciones el récord migratorio de Gavilano Schiantarelli, y así confirmar su versión.

En este interrogatorio, donde estuvo presente Eva Bracamonte, el narcotraficante descartó además conocer a Liliana Castro, Julio Moscol y Ariel Bracamonte.

La audiencia se suspendió hasta el 12 de setiembre a las 9 de noche, fecha en la que se realizará la inspección del inmueble de Paul Harris en San Isidro, donde fue asesinada Myriam Fefer.