Cacería de asesinos prófugos

Policía cierra carreteras para evitar que sicario que mató a fotógrafo Luis Choy escape junto a cómplices y otros criminales.

Redaccion Trome

Por: E. Cirilo/M. Beteta

Una verdadera cacería ha emprendido la policía en Lima y provincias de todo el país para recapturar al asesino del reportero gráfico Luis Choy, el sicario dominicano Jonathan Sepúlveda de los Santos, ‘Puerto Rico’, y los otros cuatro criminales que fugaron de la carceleta de la Sala de Juzgamiento del penal ‘San Pedro’ (ex Lurigancho).

“Cientos de detectives, entre ellos de Inteligencia, se han desplazado por todos los conos y calles de Lima. También se han colocado piquetes de uniformados, quienes han cerrado todas las carreteras que sirven de salida de la capital. En la zona de Jicamarca, en Chosica, se allanó una casa y se detuvo a un sospechoso, pero luego se comprobó que no era uno de los evadidos”, dijo un alto oficial.

En Huacho, Huancayo, Arequipa y Trujillo se realizaron operativos con registro de autos, buses y camiones de transporte de carga y alimentos, en busca de los prófugos. En el Callao, contingentes de policías fuertemente armados recorrieron todos los distritos, como Ventanilla, donde allanaron varias casas en la zona de Pachacútec. Agentes encubiertos realizan discreta vigilancia a inmuebles donde se presume está escondido el sicario, su cómplice Edgar Lucano, ‘Lucano’; el exdestructor Carlos Timaná Copara, ‘Timaná’; Giancarlo Zegarra Cuadros, ‘Careca’, y Segundo Vargas Mollán, ‘Segundo’.

GESTOR DE LA FUGA

De otro lado, por informes de Inteligencia se conoció que la fuga habría costado no menos de 200 mil soles, se planificó durante semanas y habría contado con ayuda de malos policías. “Todos llegaron vestidos con sacos y llevaban sobres manila como si fueran abogados. ‘Puerto Rico’ y los otros cuatro se tiñeron el pelo y estaban arreglados. Los dejaron en el calabozo que no contaba con custodia”, dijo una fuente.

Para los agentes, ‘Timaná’ sería el gestor de la fuga y estuvo secundado por ‘Careca’. Ellos no dudaron en llevar al sicario y sus cómplices para usarlos como sus pistoleros.

Se supo que los cinco internos, entre el sábado y domingo, habrían avisado a familiares de su plan de fuga, por lo que les pidieron que un auto los espere en las afueras del penal de Lurigancho. La fuente contó que, el día del escape, la policía fue a llamarlos para que se presenten ante el juez. Los otros internos que estaban en la carceleta vieron la fuga, lanzaron carcajadas y gritaban: ‘Gol, gol, gol…’.