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Sábado 16 de julio del 2011 | 07:49

Café con Pisco

El Búho confía que la selección peruana gane a los colombianos por la Copa América 2011.

Este Búho, como todos en el país, espera que sean las 2 de la tarde para clavarme frente a la tele y gritar, sufrir o gozar, según sean las circunstancias, en este Perú-Colombia por el pase a semifinales de la Copa América. Sábado de gloria. Una hora perfecta: 2 p.m. Si Dios quiere, cuando lean estas líneas estaré regresando del terminal pesquero, de Villa María del Triunfo, con un lenguado fresquecito para un rico cebiche, también choros y cangrejos, y preparar un concentrado para mi hijita Scarlett y una mixtura de mariscos para esos fetuccini que le alocan tanto como a mí. Todo esto acompañado de unas chelas heladitas, total, es día de mi descanso y juega Perú. Pero hay que hacer antesala y me permito ingresar al túnel del tiempo para recordar algunos partidazos que hizo Perú, frente a los cafeteros, en la Copa América y las Eliminatorias.

PERÚ 1 COLOMBIA 0, FINAL COPA AMÉRICA 1975: Peruanos y colombianos llegaron con una victoria cada uno. Aunque Perú le dio un baile en el Estadio Nacional y ganó 2-0 con goles de Oblitas y “Cachito” Ramírez de cabeza. Pero para la definición en el estadio de Caracas, Venezuela, Marcos Calderón trajo un as bajo la manga. La estrella del Barcelona de España, Hugo Sotil, sin pedir permiso a la dirigencia de su club, compró 22 relojes de oro y enrumbó directamente a Caracas. “No me quise perder la final”, dijo el endiablado jugador. Perú dominó el encuentro, pero el gran Pedro Zape tapaba de todo. En eso, un tiro envenenado de Cubillas, el mejor jugador del partido, permitió que Sotil pescara el rebote en el aire y derrotara a Zape. Esa noche en la Embajada peruana hubo un rumbón, tan rociado y alegre que a Sotil lo despertó una bella aeromoza catalana en un avión. “Señor Sotil, ya llegamos a Barcelona”, le dijo al campeón. “Pensé que me iban a castigar, pero el presidente del club me felicitó y dio dos días de descanso”, confesó después el “Cholo”.

PERÚ-COLOMBIA, COPA AMÉRICA 1983: El partido de ida, en el Estadio Nacional, fue intensamente disputado. Solo faltando seis minutos, la selección de J.J. Tan pudo anotar el gol definitivo. El goleador Franco Navarro hizo vibrar a 45 mil gargantas. En esa selección brillaban Malásquez, Leguía, Jorge “Characato” Ramírez, Juan Caballero, Velásquez y “Perico” Requena.

COLOMBIA-PERÚ, COPA AMÉRICA 1983: En el “Campín” de Bogotá se vivía un clima infernal con 50 mil colombianos deseosos de venganza. Iguarán, Prince, Sarmiento y Herrera eran las figuras norteñas. Perú impuso su clase y Malásquez de penal inauguró el marcador; sin embargo, Prince y Fiorillo dieron vuelta al partido. Cuando los colombianos celebraban la victoria apareció Juan Caballero, el goleador del Boys, para sellar el empate faltando cinco minutos. Con ese tanto clasificábamos a la semifinal del torneo. Cómo gritamos ese gol.

COLOMBIA-PERÚ, ELIMINATORIA MUNDIALISTA 1981: Fue un partido durísimo en el “Campín” de Bogotá. Cubillas se integró al equipo y, en una gran jugada, fabricó un penal. Lamentablemente, Zape le atajó el disparo y, minutos después, Hernán Darío Herrera, de un disparo de fuera del área, venció a Quiroga. La defensa colocha era muy dura y se sustituyó a Uribe, que había recibido de todo, y mandaron a Guillermo “El tanque” La Rosa para que entre a “romper” esa férrea defensa. Tras un magistral centro de “Patrulla” Barbadillo, “El tanque” se elevó y ejecutó un cabezazo tan violento que no solo dejó estático al gran Zape, sino que el balón rebotó en la red y salió disparado fuera del área colombiana. Fue tanta la emoción que La Rosa se fue directamente a gritarle el gol en la cara al técnico cafetero, el inefable Carlos Salvador Bilardo, a quien incluso le recordó a su madrecita. El correcto jugador de Puente Piedra, luego se justificó diciendo: “Bilardo se pasó toda la semana diciendo: La Rosa malogra esa delantera con virtuosos como Cueto, Cubillas y Uribe porque no sabe devolver una pared.Por eso le grité mi gol en la cara”. Hoy es predicador cristiano y entrenador de menores. Apago el televisor.