Por: J. Yucra
La familia de narcotraficantes peruano-americana, detenida con 622 kilos de cocaína de alta pureza, tenía 11 carros de lujo, varias motos y cuatrimotos. Además de la mansión en La Molina, la mafia dirigida por Jorge Cerbellón Aparicio (48), ‘George’ o ‘Mario’, poseía un local de lavado de vehículos y un taller mecánico, donde las riquezas estaban a simple vista y al parecer era el punto de encuentro de los ‘capos de la droga’, que negociaban los envíos.
Así pudieron comprobarlo detectives de la Dirandro, tras un año de seguimiento a esta mafia que tenía su centro de operaciones en inmuebles de la capital y los valles del Huallaga y del río Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
El local donde funcionaba ‘Maximos Superstar Car Wash’, de la avenida México 173, en La Victoria, contaba con 16 sofisticadas cámaras de seguridad externa e interna, así como una sala de espera con aire acondicionado, Internet wifi, televisores Led y un bar lleno de whiskies, vinos y otros costosos licores.
“Decían que era para sus clientes, pero realmente aquí no llegaba nadie. Solo, en horas de la noche, acudían personas en exclusivos vehículos con lunas polarizadas”, contó un efectivo.
Al ingresar los agentes se quedaron sorprendidos, porque en la inmensa sala había lámparas de cristal y en el techo costosas ‘arañas’. “Los sillones y sofás son de fino cuero y cada silla cuesta por lo menos unos 300 dólares. Además cuatro motos de colección Harley Davidson, de 80 mil dólares cada una, servían como adorno”, explicó.
‘RÁPIDOS Y FURIOSOS’
Todo esos lujos, así como los 11 costosos autos de diferentes marcas, fueron inmovilizados por los agentes, tras la intervención de seis viviendas.
La policía también se sorprendió al irrumpir en el taller ‘J.B. Car Service S.A.’, en la cuadra 1 del jirón Londres, colindante al lavadero de autos. “Este sitio es peligroso de noche, pero aquí venían autos lujosos y de carrera. Estaban una hora o poco más, y luego salían a gran velocidad como en la película ‘Rápidos y furiosos’”, precisó un mecánico.
Según la policía, dichos autos eran utilizados para camuflar y transportar la droga a otras casas en diferentes partes de Lima.
De acuerdo a fuentes policiales, ambos negocios tenían como gerente a Jorge Cerbellón, quien tiene nacionalidad peruano-americana.
RUTA DE LA DROGA
Las investigaciones policiales determinaron que en el operativo ‘Magdiel’, Jorge Cerbellón, su pareja Ana Barboza Delgado (31) e hijos Paris Devoe Cerbellón (20) y Marlus David Cerbellón (22), así como su lugarteniente Víctor Ramírez Gonzales (33) trabajaban con un tal ‘Lucho’, quien es peruano y sería el financista. “Este ‘Lucho’ contactaba con ‘Ángel’, en el Valle de Pichis Palcazu, y le mandaba la droga en camiones de frutas que llegaban a los locales de La Victoria y de allí a La Molina”, citó un detective.
En ese predio, el producto era forrado con papel carbón, calca y de mentol para no ser detectado por Rayos X o perros antidrogas. De ahí lo mandaban a la fábrica de polos de Chorrillos. Según la policía, la ilegal mercadería era camuflada en contenedores llenos de polos, pota o maca, que estaban en el puerto del Callao y eran exportados a Estados Unidos.
AUSPICIABAN CARRERAS DE CARROS
Jorge Cerbellón, quien registra numerosos viajes a Argentina, Chile, Panamá y Estados Unidos, estaba muy vinculado al mundo de los carros de carreras y prueba de ello es que el video promocional de su negocio lo hizo en el autódromo ‘La chutana’, en la Panamericana Sur, rodeado de automovilistas, motociclistas y bellas anfitrionas. Se conoció que sería auspiciador de varios corredores.
El estadounidense Marlon Devereux Bryson (22), otro de los intervenidos, aparece en un video aduciendo ser el administrador del local y que contaban con tecnología y servicio americano.