Con ramos de flores, cajas de cerveza, ollas con comida y hasta bandas folclóricas, miles de personas visitaron ayer a sus difuntos en los cementerios de Lima y Callao por el ‘Día de todos los santos’.

“Siempre estarás en mi corazón, por qué te fuiste, madrecita”, decía un joven al pie de una tumba en el camposanto de Nueva Esperanza, en Villa María del Triunfo, considerado el segundo más grande del mundo.

En las afueras de este cementerio se instaló una verdadera feria gastronómica, con cientos de comerciantes que ofrecían toda clase de comidas, bebidas y hasta juegos.

En ese lugar, Trome fue testigo de que un niño y un jovencito, vestidos con sus trajes de danzantes de tijeras, bailaban algunos minutos, como tributo a los muertitos, a cambio de algunas monedas.

Sara Flores, de 40 años, contó que acude desde hace diez años a este cementerio para visitar a sus padres. En compañía de sus tres hermanos, hijos y su esposo, la mujer viaja especialmente desde Ayacucho. Con una botella de aguardiente en la mano, se echa un bailecito al ritmo de una canción de ‘Los Shapis’.

En una tumba, una mujer dejó un conmovedor mensaje a su hijo fallecido: “Te amo tanto pequeño; no puedo dejar de extrañarte”.

VENDIERON DE TODO

Los comerciantes, como siempre, aprovecharon para vender de todo. Lo más pedido fue la rica chicha de jora, a 2 soles el vaso, y la patasca de carne a 6 soles el plato.

También se ofreció chancho al palo a 15 soles, y pollo a la ‘caja china’, a 20.

Las ricas tantawawas también fueron vendidas a 2 soles.
También había juguetes, ropa, globos y muchos otros productos.

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Con coloridos adornos y flores, cajas heladas de cerveza, ollas con comidas típicas y bandas de música para recordar a sus seres queridos que partieron a la eternidad; llegaron miles de personas a los cementerios de Lima y Callao para celebrar el “Día de los Santos Difuntos”.

En el cementerio Nueva Esperanza, en Villa María del Triunfo, considerado el segundo más grande del mundo, Trome vio que algunos rindieron tributo a sus familiares con ‘Danza de las Tijeras’, mientras que otros servían la rica chicha de jora y su patasca de carne.

Sara Flores (40) acude desde hace diez años a este cementerio para visitar a sus padres en compañía de sus tres hermanos, hijos y su esposo. Ella, con su botella de aguardiente, baila en el camposanto al ritmo de los “Shapis”.

MISTURITA AFUERA DEL CAMPOSANTO

Los comerciantes también hicieron su agosto en los cementerios. Aprovechando la gran cantidad de público, los ambulantres ofrecieron ‘chancho al palo’ a 15 soles, pollo a la ‘caja china’ a 20. También habían tanta wawas a solo dos soles.