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Sábado 23 de marzo del 2013 | 07:35

'El Chili' y El Patrón

Nuestro columnista se muestra preocupado por el mensaje erróneo que manda la serie de Pablo Escobar.

Este Búho, en más de una oportunidad, ha escrito sobre el siniestro narcotraficante colombiano Pablo Escobar, el jefe del Cártel de Medellín. Hemos dicho que fue el patrón de patrones de capos de la droga en el mundo. Introdujo cocaína desde Colombia a Estados Unidos a escala monumental, al punto que la propia revista “Forbes” lo incluyó entre los siete hombres más ricos del mundo, con una fortuna calculada entre 9 mil y 15 mil millones de dólares. De ser un ladrón de autos, pasó a convertirse en el hombre más rico de Colombia y el amo y señor del departamento de Antioquia y de su capital, Medellín. “El patrón” ordenó secuestros, asesinatos selectivos a políticos, candidatos presidenciales, ministros, jefes de policía y jueces. Mandó a colocar coches bomba en edificios públicos y hasta en aviones, donde murió gente inocente.

En tres años destrozó un país, que solo pudo recobrar la paz cuando cayó abatido de tres balazos en su escondite, en el mismo Medellín, donde estaba solo con un guardaespaldas. Murió tratando de escapar como las ratas por el techo. Estaba barbudo y desaliñado. Pero la historia de su ascenso y caída dieron fruto a muchas investigaciones y libros. También teleseries como la exitosa “El patrón del mal” de la Cadena Caracol. La serie batió rating en Colombia y tiene buena sintonía en el Perú. Mucho recae en las notables interpretaciones de los personajes principales, todos existieron en la vida real, pero Andrés Parra, como Pablo Escobar, es definitivamente quien se lleva los honores y muestra al sanguinario narcotraficante también en su lado humano. Asimismo, sus sicarios. Pero me quedo con la boca abierta cuando leo en la red mensajes como “¡¡Murió el Chili, noooo!! ¡¡Chili, eres grande!! ¡¡Chile estamos contigo!! ¿Por qué mataron al Chili?”. Quéeeee. No sé si reír o llorar.

Está bien que el actor Anderson Ballesteros sea un actorazo, pero no hay que olvidar que el “Chili” fue en realidad John Jairo Arias Tascón, “Pinina”, quien llegó a ser el jefe de los sicarios de Escobar y el quinto en jerarquía en la organización. Le decían “Pinina” porque era blancón y tenía una voz delgadita, como la actriz argentina Andrea del Boca en la serie “Pinina”. Pero el colombiano era un asesino por naturaleza. A los 15 años comenzó a matar para la organización y rápidamente llegó a convertirse en reclutador de sicarios. Dicen que tenía “ojo clínico” para captar asesinos entre los adolescentes de los barrios pobres de Medellín. Fue él quien organizó el asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. Posteriormente se especializó en llenar de coches bomba la ciudad, desde Bogotá y Medellín, en la época en que Pablo ordenó desatar el terror indiscriminado para obligar a las autoridades a declarar la no extradición a Estados Unidos de los narcos perseguidos. “El Chili” o “Pinina” fue el responsable de la muerte de 262 civiles y 129 policías asesinados en Medellín.

En la serie, “El Chili” muere a manos del “bloque de búsqueda” cuando estaba en el departamento que le compró a su hermana prostituta, pero en la vida real lo asesinaron en su lujoso departamento donde se encontraba con su esposa e hija. Creo que este tipo de teleseries confunden a muchos televidentes que se mimetizan con los villanos, al punto de volverlos héroes. Muy distinto fue el caso de “La reina del sur”, otra exitosa serie de Telemundo. Allí se retrató la figura de Teresa Mendoza, una oscura narcotraficante mexicana interpretada por Kate del Castillo. Ella no asesinó jueces, policías, políticos, mujeres, niños, ni puso en jaque a una sociedad en base al terror. Escobar y sus secuaces fueron psicópatas, asesinos malditos, sin ideales ni valores, quienes gatillaban por plata. Sería bueno que el canal que disfruta del rating de la producción colombiana, en sus noticieros o programas dominicales nocturnos, presente documentales del verdadero Pablo Escobar y sus secuaces, como el hoy llorado “Chili”. Algunos se llevarán más de una sorpresa. Apago el televisor.