Por: I. Medina
Esa obsesión por tener la piel bronceada está conduciendo al peligroso trastorno llamado ‘Tanorexia’.
Se trata de la adicción al sol por lucir ‘bien doraditos’ y más bronceados que otros. Por tal motivo, a pesar de los riesgos de cáncer, no importa exponerse excesivamente a la radiación solar y hasta usar cámaras especiales de rayos ultravioleta.
“Eso se debe a una baja autoestima. Detrás hay un comportamiento inmaduro, una necesidad de reconocimiento o admiración”, señala el psiquiatra Martín Nizama, del Instituto Nacional de Salud Mental.
Los tanoréxicos sufren un trastorno relacionado a la estética corporal. Para ellos, la piel pálida es un defecto.