Por: M.Beteta
Fernanda Lora Paz (18) se sentó en la escalera que da al segundo piso, como para impedir que alguien subiera, mientras su enamorado Marco Arenas Castillo (21) asesinaba a su madre, la empresaria María Rosa Castillo (54).
Así lo precisó Gloria J.G. (16), empleada doméstica de la víctima, ante el 46 Juzgado Penal de Lima, que investiga este crimen ocurrido en noviembre del 2013.
“La señorita Fernanda se sentó en la escalera con el perro. Allí estuvo todo el tiempo, como para evitar que alguien suba. Me pareció sospechoso. Luego me mandaron a comprar”, dijo la testigo.
La menor, quien trabajó dos meses en la vivienda de la víctima en La Molina, también sostuvo: “La señorita Fernanda no saludaba a la señora María Rosa y la señora tampoco. Cuando Fernanda llegaba a la casa, se iba directamente al dormitorio del joven Marco”.
SE REÍA CON MARCO
Gloria agregó que “después que la señora María Rosa desapareció, la señorita Fernanda estaba normal, se reía con el joven Marco y daba órdenes en la casa. Solo se puso a llorar con uno de los policías, a quien le dijo: “La señora María Rosa me acusa de que yo me robo su plata y joyas, cuando la que se roba las cosas es la empleada’, y eso era falso”.
De otro lado, el 46 Juzgado Penal de Lima ordenó que se levante el secreto de las comunicaciones del teléfono celular de Fernanda Lora. Con ello, a través de los registros satelitales, se determinará si ayudó a su expareja Marco Arenas a quemar el cuerpo de su madre en un descampado, luego de ahorcarla en el interior de su dormitorio.