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Domingo 27 de febrero del 2011 | 08:56

Eva Bracamonte cree en palabra del sicario

Dice que no hay pruebas de que ella haya mandado a asesinar a su madre.

Por: M. Beteta

Eva Bracamonte ha cumplido un año y medio en el penal “Santa Mónica”. Se confesó con Trome y reiteró que no mandó a matar a su madre. Afirma que le cree al sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina, “Payaso”, quien dijo que cometió el crimen cuando pretendía robarle.

¿Cómo era la relación con tu mamá?
Especial. Las dos nos admirábamos y amábamos. A veces chocábamos por nuestro carácter fuerte, pero nos respetábamos.

¿Es verdad que discutían siempre y, después que fuiste expulsada de la universidad, te envió a Israel?
Yo decidí viajar a Israel. Me expulsaron cuando ya tenía la fecha de mi viaje.

¿Si eran tan unidas, por qué no se opuso a tu viaje?
Ella no quería, pero igual respetó mi decisión. Me dejó que hiciera lo que quería y se alegró. Se sintió orgullosa cuando ingresé al Ejército de ese país.

¿Tu hermano Ariel era su hijo preferido?
No lo era. Ella nos amaba por igual.

Tras la muerte de tu madre, ¿por qué se rompió la relación entre tú y Ariel? Los problemas se dieron seis meses después de la muerte de mi madre. Al comienzo porque él, siendo menor de edad, pedía a la secretaria de “Sideral” que le diera dinero. Y después, porque empezó a fijarse por lo que Liliana consumía en la casa.

Es decir, ¿el problema surgió por dinero?
No eran grandes cantidades de dinero. Más que por el dinero, fue por manejos extraños. No es normal que un chico de 17 años vaya y le pida a la secretaria dinero sin explicar para qué es.

¿Tú llevaste a Liliana a vivir a tu casa, un día después del deceso de tu madre?
Ariel la invitó a la casa, al igual que a su entonces pareja Julio Moscol. Sin embargo, cuando terminó con Moscol, le molestaba la presencia de Liliana, quien luego de llegar a mi casa se convirtió en mi pareja.

¿Por eso lo botaste de la casa?
Tuvimos una última pelea donde me dijo que se iba, y yo le dije que se fuera. Pero estoy arrepentida de haberlo dicho.

¿Por qué no compartiste tu fortuna con tu hermano?
Él se quedó con casi todos los bienes de mi madre. Tiene un auto nuevo, propiedades, al punto que no trabaja y solo se dedica a estudiar.

¿Mandaste matar a tu madre?
No. Respeto la vida humana, era mi mamá y la amaba. No tenía motivos para acabar con su vida.

¿Y por dinero?
El dinero me interesa porque tengo que comer, porque se consigue…

Pero tú heredaste una fortuna, la que era administrada por tu madre hasta que cumplieras la mayoría de edad
Mi abuelo me dejó el tercio de su herencia, más la casa de Paul Harris (San Isidro), pero cuando viajé a Israel le dejé un poder a mi madre para que hiciera lo que quisiera con ellos, pero no lo hizo.

Pero días antes de su muerte, tu mamá iba a modificar el testamento de tu abuelo
Podía hacerlo mucho tiempo antes, porque yo le di poder. Es más, cuando viajé a Israel, quería deshacerme del bien. Venderé la casa de Paul Harris apenas salga de prisión, porque no lo pude hacer antes, ya que hay una cláusula que me obligaba a vivir allí hasta cumplir los 22 años.

Dices que la muerte de tu madre te “mató” también, pero a dos semanas de su fallecimiento organizaste una fiesta en donde fue hallada muerta
No sé a qué fiesta te refieres, me tendrías que dar la fecha exacta.

El día del crimen, ¿no viste o escuchaste algo raro?
No. Yo dormía con mi perra “Lola” y no ladró.

En la reconstrucción de los hechos, ¿qué sentiste al tener frente a frente al sicario Alejandro Trujillo?
Dolor, odio por primera vez.

Pero te mostraste serena…
Estuve nerviosa del brazo de mi abogado. No me gusta mostrarme llorosa. Me sorprendió la conducta de mi hermano, quien se desmayó.

¿Lo habías visto antes (al sicario)?
Solo por los medios. Nunca lo visité en Argentina.

Pero dicen que hay videos, audios, fotos y también e-mails que confirmarían tu relación de complicidad con él…
No hay relación. Nunca tuve información de ello. Soy víctima de algo que él hizo.

¿Le crees al sicario?
Creo que a mí y a Liliana (Castro) no nos conoce. Partiendo de ahí, eso es verdad. Además, es cierto que salió y entró por la parte de atrás. A mí me ha convencido.

¿No es extraño que un sicario se convierta en asaltante de casas?
Para empezar, este tipo no tiene antecedentes por sicariato, por lo que no se puede afirmar que es un sicario. Lo raro es que entró a robar desarmado. Se contradice al decir que no golpeó a mi madre, cuando su cuerpo está lleno de golpes.

Ariel te acusa a ti y Liliana que han pagado para que no las involucre…
Ariel iba a decir que le pagamos para que hable o para que no lo haga. Está lleno de rencor. Le he pedido perdón, le he mandado e-mails preguntándole qué quiere, pero dice que es una trampa.

La conciencia es nuestro principal juez, ¿cómo está la tuya?
Sobre la muerte de mi mamá, está absolutamente tranquila. Pero no en cosas que he hecho en el pasado, por ejemplo, lo de Ariel.

¿Nunca te sentiste manipulada por Liliana?
No, porque sin ella, “Sideral” y nuestras vidas no habrían salido adelante, porque éramos dos chibolos sin rumbo.

La declaración del sicario las favorece, ¿crees que vas a ser absuelta en este juicio?
Sí. No hay ninguna prueba en mi contra.

¿Y si te condenan?
Pensaré que la justicia no existe y seguiré pasándola acá.

¿Siguen siendo pareja con Liliana?
No.

¿Al salir de prisión te separarías de ella?
No, porque somos inseparables.

¿En este año y medio de cárcel, qué has aprendido en prisión?
Tras la muerte de mi madre, también morí. Aquí he empezado a vivir, aparte de Liliana, estaba sola. Participo en los talleres. Si salgo de acá, volveré a mi soledad. Aunque ya he aprendido a vivir con ella. Me dedicaría a la actuación y escribir.