Gerald Oropeza: La caída de ‘Tony Montana’

Gerald Oropeza se mostraba en público en Ecuador, olvidando que policías y sicarios con órdenes de matarlo estaban tras él.

Siguen las investigaciones contra Gerald Oropeza.

Siguen las investigaciones contra Gerald Oropeza.

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Gerald Oropeza López

Gerald Oropeza se ufanaba, entre sus compinches, que era la reencarnación de ‘Tony Montana’, el célebre personaje que interpretara Al Pacino en la cinta ‘Caracortada’. Pero olvidó una lección que el actor, en su papel de ‘Michael Corleone’ en ‘El padrino’, dio a los criminales, y es que deben desaparecer tras cometer una grave fechoría. Corleone, tras matar al jefe de la Policía y a un mafioso, huyó de Nueva York a una remota aldea en Sicilia, Italia. Gerald salió de Lima y se escondió ¡¡en uno de los balnearios más concurridos del Pacífico, Salinas, en Ecuador!!

Su captura, la tarde del 9 de setiembre, refleja su estilo de vida. Fue reducido en una farmacia, mientras compraba condones junto a una espectacular dama ecuatoriana que lo esperaba de la mano de un niño de 5 añitos. Los detectives se sorprendieron de que no esperara la noche para salir a comprar. Y comprendieron el espíritu fogoso y calentón del fugitivo. Más aún, cuando en su Tablet encontraron videos triple X que tenían como protagonista ¡oh, sorpresa! al mismísimo ‘Tony’ con chicas que, según un detective, parecían caras conocidas de la noche limeña. El aparato está en manos del fiscal Lucio Sal y Rosas, y tiembla más de una chica de las ‘Oropeza lovers’.

SEXO, TRAGO Y FIESTAS

Los detectives aseguran que, generalmente, dormía de día y de noche iba a discotecas donde tomaba whisky y departía con mujeres, sobre todo con la belleza ecuatoriana que estaba con él el día de su captura. Inclusive, se dio ‘una escapadita’, días antes, a otro célebre balneario ecuatoriano, Montañitas, tres horas al norte de Salinas. Confesó que allí se alojó en hoteles de diez dólares y vivió noches intensas, entre centenares de turistas extranjeros. ¿Por qué regresó a Salinas en vez de quedarse en el paraíso de los surfistas? Un policía dijo que su fisonomía era notoria en una playa donde el 95 por ciento de los turistas son gringos. En Salinas, prácticamente una ciudad, podría ‘pasar piola’. Pero se confió.

En su habitación se encontraron infinidad de vouchers de giros que le llegaban de Lima. De 10 mil, 15 mil dólares. El día de su captura, los policías peruanos paseaban por la playa en trusa, sayonaras y tomaban chelitas en los barcitos. Oropeza alquiló una sombrilla por la que pagó 7 dólares y preguntó cuánto costaba alquilar una moto acuática. Le dijeron ‘20 dólares la media hora’, pero se desanimó. En ese momento, era filmado por los policías.

ESE NO SOY YO

Aunque Gerald no lo crea, la policía peruana y ecuatoriana le salvaron la vida. El 1 de setiembre, un comando de 20 agentes detuvieron a siete sicarios de ‘Los gatilleros del Callao’. Les incautaron armas cortas, fusiles AKM y granadas de guerra. El grupo lo comandaba el feroz Walter Sócola Espinoza. En el celular de uno de ellos, la policía halló un mensaje con el nombre de Oropeza y ‘playa Salinas’. Los gatilleros habían llegado a ‘cazar’ a Gerald por orden de su enemigo ‘Caracol’. En Lima comprobaron que algún mal elemento ‘filtraba información’ no solo a Oropeza, sino también a sus potenciales asesinos, así que cambiaron agentes y formaron un grupo de élite incorruptible. Fue así que se produjo la captura.

En la farmacia, un policía le dijo: ‘¡Gerald!’ El fugitivo se hizo el loco. ‘¿Eres tú, Gerald?’. ‘Tony’ se puso pálido. Pensaba que lo iban a asesinar, pero los policías lo redujeron.

En su celular Samsung descubrieron conversaciones con un socio, ‘Josué’ quien, según la policía, se encargaría del negocio de los contenedores ‘preñados’ de droga.

“No conozco a ‘Caracol’ y mis negocios en el Callao son legales”, dijo Oropeza a los efectivos. Ahora está en aislamiento, en una celda reducida, pero con baño. Si decide hablar, se podrían desarticular varias mafias de narcos y sicarios. Por eso, en los bajos fondos, se afirma que su cabeza tiene precio.
Puedes tener la ropa más fina, los mejores autos y casas, pero si el dinero es mal habido, todo eso es efímero. Lo vimos en el cine con ‘Tony Montana’, el firme, y lo vemos en la vida real, con el preso Gerald Oropeza. Dos caras de una misma moneda.

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