En 2013, Marco Arenas y Fernando Lora fueron acusados del asesinato de la empresaria María Rosa Castillo, madre adoptiva del primero, y hoy serán sentenciados por crimen donde podrían ser senteciados hasta 35 años de prisión.

Hace casi tres años, el 5 de noviembre de 2013, la Policía halló el cadáver quemado de María Rosa Castillo en Pachacámac, aunque en un principio se descartó a algún familiar, poco a poco, los oficiales dieron cuenta que Marco Arenas, su hijo adoptivo, había sido el autor del asesinato.

María Rosa Castillo fue brutalmente asesinada: estrangulada, golpeada hasta la muerte y quemada.

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Marco Arenas tuvo que confesar su crimen, pero no se fue solo: acusó a su enamorada Fernanda Lora de haberlo obligado a matar a su madre adoptiva.

Sin embargo, Fernanda Lora negó las acusaciones, pero igual fue encarcelada y recluida en el penal de mujeres de Chorrillos.

El miércoles, tras varios careos entre ambos, el Poder Judicial decidirá la sentencia.

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