La renuncia a Fuerza Popular de la congresista Yeni Vilcatoma endiosada sin merecerlo por muchos colegas ha puesto de vuelta y media al fujimorismo. Tanta es su desesperación que hoy quieren debatir, ‘al caballazo’, el proyecto de ley contra el transfuguismo, quizá para evitar la estampida de más parlamentarios de su poderosa bancada.

La ley, como se sabe, busca prohibir que los legisladores que abandonen sus bancadas puedan formar un nuevo grupo o presidir comisiones. La iniciativa no es mala, lo que asombra a los peruanos es que quienes la plantean o sea los fujimoristas son los ‘padres del transfuguismo’. Y no hacen ningún mea culpa.

Recuerdo, como si fuera ayer, que apenas terminaron las elecciones de abril del año 2000, el reelecto presidente Alberto Fujimori le encargó a su asesor Vladimiro Montesinos una infame tarea que asumió con gusto: sobornar con dinero del Estado a congresistas de la oposición para que se pasaran a su agrupación, entonces llamada Perú 2000.

El fujimorismo tenía 54 congresistas, pero necesitaba 64 para tener mayoría y controlar el Congreso. Montesinos puso en marcha la operación ‘reclutamiento’. Al final de su ‘trabajo’, Montesinos logró reclutar a 13 legisladores a cambio de ¡US$790.000! Se pagaron montos de 10, 20, 30, 50 y hubo uno de hasta 490 mil dólares.

La lista de tránsfugas la encabezó Alberto Kouri, como lo registró el famoso ‘vladivideo’, que originó la caída del régimen. Pero hubo otros congresistas que rechazaron el soborno y tuvieron la valentía de denunciarlo.

Uno de ellos fue el parlamentario Jorge Chávez Sibina (de Somos Perú). Chávez denunció públicamente que su paisano, el entonces comandante general del Ejército, José Villanueva Ruesta (hombre de absoluta confianza de Montesinos), lo citó dos veces al Pentagonito. Le ofreció una fuerte cantidad de dinero y arreglarle sus juicios, a cambio de pasarse al fujimorismo.

En aquel tiempo, cuando era reportero de ‘El Comercio’, logré confirmar que esas dos reuniones ocurrieron. Conseguí los reportes telefónicos y logré corroborar que ambos encuentros se coordinaron a través del teléfono celular 9180125 (de Aurora Hoyos, secretaria personal del general Villanueva) y del teléfono 4367410 (el privado de Villanueva), de donde salieron llamadas al teléfono 8569719 del congresista Chávez Sibina. Cuando llamé al general Villanueva, me contestó sin inmutarse: “Todo es falso. Son difamaciones. No voy a hacer ningún comentario”. Villanueva ahora está preso.

Otro que ofreció sobornos fue el congresista Luis Cáceres Velásquez, quien contactó a sus colegas Ronnie Jurado y Tito Chocano (también de Somos Perú). Los citó en un hotel de Arequipa y ofreció pagarles 10 mil dólares mensuales.
Cuando Jurado y Chocano lo denunciaron, llamé a Cáceres. Con un cinismo a prueba de balas, me dijo: “Fue una broma. Yo les dije eso en broma”.

Es bueno no olvidar quiénes fueron los padres del transfuguismo. Nos vemos el otro martes.

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