Marco Arenas y Fernanda Lora vivían la vida loca

Marco Gabriel Arenas Castillo (22) y Fernanda Iscelle Paz Lora (18) tenían su ‘nidito de amor’ en Chile y paraban en discotecas.

Redaccion Trome

Por: E. Cirilo

Un departamento en pleno centro de Santiago de Chile se convirtió, cerca de dos meses, en el ‘nido de amor’ de Marco Gabriel Arenas Castillo (22) y Fernanda Iscelle Paz Lora (18), actualmente presos, acusados del asesinato de la empresaria María Castillo Arenas (54), madre de él.

Durante su estadía en la capital mapochina, entre el 27 de agosto y 6 de octubre del presente año, gastaron los 15 mil dólares y tres mil soles que Marco le robó a su mamá y ‘reventaron’ la tarjeta bancaria que su madre le dio a él.

Hasta que le duró el dinero, ambos se habrían dado la gran vida, paseando y acudiendo a discotecas. “Ya en Santiago Centro arrendamos un departamento y dormíamos hasta tarde. Todo el día paraba con él”, dijo ‘Fer’ a los detectives.

Cuando se les acabó la plata, ‘Fer’ empezó a trabajar como azafata y ‘Marco’ de recepcionista de un hotel, pues su dominio perfecto del inglés y algo de francés lo ayudaron a obtener el empleo. “Me recogía cuando salía de mi trabajo”, contó ella.

Luego, la pareja incursionó en la venta de ropa para obtener más dinero. La joven aseguró que su enamorado la llevó bajo amenazas, pero él dice que fue de mutuo acuerdo.

SE DEFIENDE

“Él me llevó a la fuerza. Me amenazó feo, pues cuando salí de mi casa para ir a la universidad, él me contactó y compró los pasajes el mismo día, para esto ya tenía toda su ropa”, precisó Fernanda.

La aventura en Chile acabó cuando ‘Fer’ recibió varios mensajes de sus familiares. “Él me dejó regresar a mi insistencia. Le dije que tenía mis hermanos menores y estaba preocupada por ellos y mi mamá”, detalló.

Marco no regresó con Fernanda, pero luego de cuatro días lo hizo con ayuda de sus padres.

Por este viaje, Zeyba Paz iba a denunciar a ‘Marco’, pero desistió luego de conversar con sus padres. “No le di permiso, no estaba de acuerdo con ese viaje. Él se llevó a mi hija”, dijo Zeyba.