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San Valentín

Aunque se diga que amamos con todo el corazón, lo real es que nos enamoramos con el cerebro, pero con ciertas particularidades: ellos ‘se enamoran más’ por los ojos y ellas, por los oídos.

El reconocido psiquiatra Guillermo Ladd, especialista del Instituto Nacional de Salud Mental, explica que para enamorarnos ocurre un proceso en el cerebro, en el que aumenta la dopamina (sustancia química asociada al placer) y baja la serotonina (sustancia relacionada con el control de impulsos).

Los hombres tienen mayor actividad en una región cerebral asociada con la integración de estímulos visuales (por eso, su primer impacto se enfoca en la belleza exterior, el físico). En las mujeres, el enamoramiento se asocia a una mayor actividad con áreas cerebrales relacionadas a la capacidad de recordar y se enamoran de lo que oyen.

EL ‘CIBERIDILIO’

En cuanto a los amores por Internet, alertó que se suele idealizar a la figura amatoria y centrar en ella toda la atención. Si la persona suele buscar pareja en las redes, por lo general es porque tiene dificultad para relacionarse e interactuar directamente o ha tenido experiencias negativas en sus relaciones tempranas.

Esas relaciones ‘on line’ pueden ser muy intensas, pero es una forma de enamoramiento patológico caracterizado por dejarse llevar por la pasión irracional y el amor adictivo. También sufren, tienen momentos depresivos por actitud indiferente de la pareja.

Afirmó que el compromiso y la atracción se desarrollan más rápido en la vida real que en los ‘ciberidilios’.

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