Ucrania acusó a Rusia y a los rebeldes pro Moscú de destruir pruebas para encubrir la responsabilidad del derribo del Boeing 777 de Malaysia Airlines con 298 personas, lo que acelera un enfrentamiento entre el Kremlin y las potencias occidentales.
El gobierno holandés, cuyos 193 ciudadanos componen más de la mitad de las víctimas, dijo estar ‘furioso’ por el trato a los cadáveres esparcidos en varios kilómetros.