Un niño burló a los agentes de seguridad del Vaticano y llegó hasta el estrado donde se encontraba el Papa Francisco, quien ofrecía un discurso a miles de fieles por la Jornada de las Familias.
El menor le jaló la sotana al sumo pontífice, el que con suma ternura lo miró y le acarició la cabeza. El pequeño se quedó los más de 15 minutos que duró el discurso, tiempo en el cual se sentó en el sillón de su santidad.