El gobierno venezolano rindió homenaje ayer al fallecido mandatario Hugo Chávez, a un año de su desaparición, en medio de las protestas de opositores en varias ciudades del país que fueron reprimidas de forma violenta por las fuerzas de seguridad.
Además, el presidente Nicolás Maduro rompió “relaciones políticas y diplomáticas” y “congeló” los nexos comerciales con el gobierno de Panamá por haber propuesto una reunión en la Organización de Estados Americanos (OEA) para debatir sobre las protestas que afectan al país petrolero.
A las 4:25 p.m. (3:55 p.m. de Perú), la hora que murió Chávez, tronó un cañonazo en el Cuartel de la Montaña, en una ceremonia encabezada por Maduro y a la que acudieron varios líderes latinoamericanos.
CACEROLAZO
Mientras, en el este de Caracas, con un sonoro y multitudinario cacerolazo, miles de opositores al gobierno expresaban su protesta contra el régimen.
La plaza Altamira volvió a ser escenario de enfrentamientos entre unos 500 estudiantes y las fuerzas de seguridad, que los dispersaron con gases lacrimógenos y perdigonazos.
Más temprano, en varios sectores de la ciudad, manifestantes colocaron barricadas y marcharon por la tarde.
‘¡CONSPIRACIÓN!’
“Nadie va a conspirar impunemente para pedir una intervención contra nuestra patria. ¡Ya basta!”, sostuvo Maduro en un discurso en el que acusó al ‘gobierno lacayo’ del panameño Ricardo Martinelli de colaborar con EE.UU. para crear las condiciones “para que la OEA y otros organismos den un paso de intervención en nuestro país”.