Un bombardeo estadounidense en Yemen acabó con la vida de Naser al Wahayshi, sindicado como fundador de la agrupación terrorista Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) y sucesor del fallecido Osama Bin Laden.
Era uno de los terroristas más buscados del mundo y Estados Unidos ofrecía una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.