El más grande

Nuestro columnista recuerda la trayectoria del ídolo del box, Muhammad Ali.

Por: Redacción Trome.pe

Este Búho tuvo la suerte de encontrar, al bucear en las librerías y tiendas de DVD del jirón Quilca, el extraordinario documental ‘“Muhammad Ali”:http://trome.pe/tag/292481/Muhammad Ali: a través de los ojos del mundo’, del director inglés Phil Grabsky. Como saben mis lectores, soy amante del boxeo y devoto de una personalidad deportiva y humana como Ali, pero debo reconocer que me impresionó el documental hecho desde el punto de vista inglés. No solo presentan documentos históricos de todas sus pelas, incluso las de sus inicios como boxeador amateur.

Además, muestran el testimonio de grandes estrellas que se declaran admiradores de Ali, como Richard Harris (‘Los imperdonables’), el norteamericano James Earl Jones (la inconfundible voz de Darth Vader), el actor y comediante Billy Crystal, quien fue su fanático y animó la histórica ceremonia donde el boxeador fue nombrado ‘El mejor deportista del siglo XX’ por la revista ‘Sport Illustrated’. Además del testimonio de rivales como George Foreman, Henry Cooper, Jimmy Ellis y el de sus hijas y exesposas.

Pero sobre todo, la riqueza del documental radica en que explora el lado menos conocido de Ali. Su transformación de Cassius Clay, un gran boxeador negro, que llegó a ganar el campeonato mundial de los pesos pesados, a convertirse en Muhammad Ali, el defensor de los derechos de los afroamericanos, junto a Martin Luther King, y opositor tenaz de la Guerra de Vietnam. Por ello sufrió las consecuencias de un gobierno que lo trató como un enemigo y no paró hasta despojarlo del título y de su licencia como boxeador por tres años.

Uno termina de ver este documental y queda convencido de que tiene un lugar en la historia al lado de Martin Luther King y Nelson Mandela. Al final se ve cómo llegó a encender la antorcha olímpica en las Olimpiadas de Atlanta 1996 temblando, por el terrible mal de Parkinson. A sus 72 años no puede caminar y tiembla. Me afecta, porque él enarboló en un deporte como el boxeo, en la categoría pesos pesados, la agilidad, la velocidad, el arte de la defensa y el ataque. ‘Baila como una mariposa y pica como una avispa’, era su máxima.

Repasemos su rica historia. Fue campeón olímpico en 1960 en Roma. En 1964 derrotó a Sonny Liston, el ‘Oso feo’. A un exconvicto que destruía a sus rivales, como a Floyd Patterson y ganó el campeonato mundial. Este Búho recuerda ‘La pelea del siglo’ con ‘Smokin’ Joe Frazier. Su eterno rival. Fueron tres peleas, y todas espectaculares. Pero la primera fue épica. Hasta el round 15 estaba ligeramente favorable a Frazier, pese a que tenía el rostro tumefacto. Ali, consciente de que perdería el combate, arriesgó y Joe le encajó un tremendo golpe a la quijada que lo mandó a la lona. Ganó Frazier. La rivalidad continuó. La segunda ganó Muhammad, pero la tercera fue descomunal. A más de 50 grados en Manila, Filipinas. ‘La thrilla en Manila’, la llamó el siniestro organizador Don King.

Allí, ambos boxeadores liquidaron su rivalidad en un combate electrizante. Los golpes reemplazaron a los insultos previos. En el round 14, Ali le dijo a su entrañable técnico Angelo Dundee. ‘No doy más. Esto es inhumano. Se acabó’. El técnico, desesperado, solo miró el rincón de Frazier y observó que el eterno enemigo movía la cabeza (con la cara hacia abajo), mientras su coach Eddie Futch, maldecía y se agarraba la cabeza. Dundee le agarró la cara a Ali, como si fuera a besarlo y le dijo: ‘Muhammad, solo te pido que, al sonar la campana, te pares y vayas al centro del ring. Nada más’. Como un autómata, Ali se paró y vio cómo Futch le explicaba al árbitro que Frazier se negaba a salir y sintió cómo le levantaban el brazo, sin atinar ni a sonreír. Así, dramáticamente y con el azar, Ali demostró que era el más grande. Apago el televisor.