Ex San Martín jugó en los cinco continentes y la AFA lo reconoce [FOTOS]

La Asociación de Fútbol Argentino reconoció la trayectoria de Diego Nadaya: “Vuelta al mundo en botines”

La Asociación de Fútbol Argentino reconoció la trayectoria de Diego Nadaya: “Vuelta al mundo en botines”

Por: Redacción Trome.pe

La Asociación de Fútbol Argentino AFA reconoció la trayectoria del ex jugador de la Universidad San Martín, Diego Nadaya, tras jugar en por lo menos un equipo de fútbol en los cinco continentes.

Diego Nadaya inició su periplo por el mundo con su primera salida al exterior y precisamente fue en el Perú. Jugó en el 2011 por la San Martín bajó las órdenes del técnico Aníbal ‘Maño’ Ruíz.

Su periplo continetal:

Perú: San Martín de Porres Ecuador: Olmedo Argelia: Constantine Grecia: Olympiacos Volou Argentina: Instituto, Almirante Brown, Independiente Rivadavia India: Mumbai City FC República de Vanuatu: Amicale FC

La AFA le dedicó un artículo en su portal: “Vuelta al mundo en botines”. Diego Nadaya narró su recorrido alrededor del planeta así:

“El Colegio Escuelas Pías, en plena urbe cordobesa, fue mi segunda casa durante toda la Primaria. Y, también, mi potrero formador, porque con mis amigos hicimos rodar la pelota en la Liga Intercolegial de Fútbol Infantil. De los cinco a los nueve años me divertí en el pasto amateur, hasta que, junto a mi familia, decidí ir más allá… Me probé en Instituto y la suerte me brindó un gol en el amistoso frente a Unión San Vicente. Quedé. Con gambetas y velocidad fui escalando categorías en un fútbol muy físico y, a los 17 años, Héctor Rivoira me concedió el momento que todos esperan: debuté en la B Nacional frente a Chacarita, en agosto del 2007”.

“Luego de breves excursiones por Platense y San Martín de San Juan, el largo viaje por el exterior arrancó por Perú, en San Martín de Porres, para disputar la Copa Libertadores. Del lujoso valle incaico me mudé a la montañosa ciudad de Riobamba, para mover las piernas en el Olmedo, de Ecuador. El clima amistoso ayudó a mi adaptación, pero al año volví a armar las maletas. Ahí sí, a cruzar el océano. Destino: Argelia, al Norte de África. El club: Constantine. Me sumergí, por ende, en costumbres completamente distintas a las latinas, con mayoría de musulmanes y el árabe como lengua materna, difícil de aprender”.

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