Mario Testino: Los ojos del Perú
El exitoso fotógrafo peruano nos cuenta como sufrió y luchó para alcanzar sus sueños.
Por: Redacción Trome.pe
Por: K. Gines
Las celebridades del planeta y él solo están separados por una cámara fotográfica. La confianza entre ellos llega con un clic. Mario Testino es peruano, aunque el orbe quisiera que le pertenezca. Este escultor del retrato sube a un avión y puede estar junto a una reina o un astro del deporte. Sus ojos de águila ya son patrimonio del mundo. Su corazón de hombre bueno es del Perú.
Usted es reconocido mundialmente, exitoso y ganador. A estas alturas, imagino que su día de trabajo es un poco más relajado.
Trabajo 14 horas al día. No puedo pensar que a mis 58 años, ya logré todo, pues me pongo a pensar qué será de mí en los años siguientes, y quiero ser mejor persona. Siempre me han dicho que el hombre solo utiliza el 30 por ciento de su potencial y yo quisiera usar 31 por lo menos u 80, si fuera posible, por eso trabajo tantas horas (risas).
A los genios como usted, ¿les hace falta la suerte?
Suerte he tenido desde que nací, porque tengo pies, manos, ojos y podría no tenerlos; y, tal vez, sería más difícil ser lo que hago hoy día. Uno siempre debe creer que tiene suerte, pero debo decir que he trabajado duro y, durante años, he estado en deudas con el banco, pero nada me hizo desistir de lo que yo quería.
Los lectores de Trome son emprendedores y buscan el éxito, ¿puede contarnos su experiencia personal?
Llegué a Londres para estudiar, pero la universidad que me había aceptado me dijo que recién ingresaría al año siguiente. Yo necesitaba con urgencia una visa para quedarme y fue así que mi amigo me presentó a Valerie Booth, quien me llevó a una escuela de fotografía. Estudié cuatro meses y tuve que dejarlo, porque el profesor falleció.
¿Y qué sacrificio debió hacer?
En esa época, el Perú atravesaba una inflación y mis padres me pedían que vuelva. Decidí quedarme, pero necesitaba dinero para pagar mi renta y comer. Fue así que trabajé como mozo en un restaurante, ahí conocí artistas, modelos y empecé hacerles fotos. Luego, una chica de una agencia de modelos enseñaba a las revistas mi trabajo y todos preguntaban por mí. Así nació mi carrera.
¿Es verdad que diste clases de inglés en un cerro?
A los 15 años, yo estaba en el grupo de voluntarios del colegio ‘Santa María’, donde estudié y decidimos enseñar inglés en el cerro ‘San Cosme’. Estuve ahí varios años, fue una experiencia muy interesante, porque las clases estaban dirigidas a personas de 10 a 30 años de edad.
¿Por qué te fuiste del Perú?
En esa época, quería ver nuevas oportunidades y estudiar Economía y Derecho. Tuve la suerte de gozar de un buen padre, muy luchador, que se sacrificó por sus hijos y me ayudó a irme para buscar mis sueños.
¿Qué mensaje le darías a los jóvenes que buscan cumplir sus sueños?
Cuando uno quiere algo, lo puede conseguir, es cuestión de esfuerzo, trabajo y no darse por vencido. El que la quiere, la consigue. Es una ley de la vida que uno tiene que llevar dentro. Yo llegué a Londres, las cosas no fueron color de rosa, pero al final decidí que era lo que quería y por suerte, mi madre me ha ayudado mucho. He visto que muchas personas que no tienen el apoyo de sus padres como para decirles: ‘Hijo, eres increíble. Tú lo puedes hacer y lo vas a conseguir’.
Todos nos acordamos de nuestra primera vez, ¿a qué edad fue su primer clic con la cámara?
En mi colegio nos fotografiábamos unos a otros y, después, comencé haciéndoles fotos a las modelos que estaban empezando a hacer sus portafolios.
A cada toma le pone amor, ¿con qué personaje disfrutó más?
Debo decir que la princesa Diana es una persona muy especial, porque tenía una mezcla entre ser generosa, ser linda, ser divertida. Tenía muchas cualidades juntas que es raro encontrar en estas personas.
Una de las virtudes del artista es la sensibilidad y usted demostró su lado humano cuando visitó Chincha después del terremoto…
La Asociación Safe the Children me pidió que los ayude a ser el portavoz para recaudar fondos. Subasté una foto de la princesa Diana (fotos que nunca he vendido, porque soy muy respetuoso de ella y su familia), pero conociendo de que ella siempre fue tan caritativa con los que menos tienen, valía la pena. Con ese dinero se logró reconstruir la Clínica El Salvador.
No pierdes el amor al prójimo…
Sigo trabajando en MATE (Asociación Mario Testino), pues es un proyecto muy cercano a mi corazón y toma mucho tiempo para sacarlo adelante. Todos los peruanos pueden venir a conocerlo, porque está hecho para ellos.
Es un ciudadano del mundo, sin embargo, siempre regresa a su patria…
Es un lugar donde me siento cómodo. Están mis amigos, mi familia, mi comida, los sonidos. Ahora el Perú está en su mejor momento, somos una sociedad más integrada en todos los niveles. La gente joven tiene una visión sobre el futuro más abierta. Y no me lo quiero perder.
Como la canción, tiene ‘el orgullo de ser peruano y soy feliz’…
Es el lugar donde nací, crecí y al que perteneceré toda la vida. Es un lugar lleno de simpatía, de color, de generosidad. Es un lugar alegre.
¿Y por su nacionalidad se ha sentido discriminado en el exterior?
No sé si es la palabra adecuada, pero sí me he sentido que me han mirado raro, pues la moda es hecha por gente europea (francesa, inglesa, americana, italiana), yo era algo distinto para ellos. Pero siempre he pensado que ser peruano, es lo más increíble del mundo.