El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un sabroso estofado de pollo, con arroz blanco y rocotito molido. Además, se pidió una jarrita de chicha morada. “María, vino a buscarme el periodista y gran marketero ayacuchano Malcom Mendocha. ‘Gary, en los 80, tomando desayuno con el ‘Negro lindo’ Augusto Ferrando, en su residencia de Magdalena, me dijo: ‘Hermano, acabo de descubrir a un chiquillo con una ¡chispa bárbara! Está como ‘cañón’ para el ‘Trampolín’ de este sábado’. Así apareció Carlos Álvarez, con 19 añitos, en el mítico set de Panamericana, imitando magistralmente al ‘Tío frejolito’, Alfonso Barrantes, exalcalde de Lima.
Su versatilidad humorística deslumbró en ‘Risas y salsa’. Lo comprobé en la grabación remedando a ‘Popy Olivera’ y fue acogido por los consagrados. Nos reencontramos en la Plaza Mayor de Bogotá, después de un resonante evento internacional. Me acompañaban hinchas peruanos que iban a un partido por Copa Libertadores. Él se acercó y alborotó la calle con un inolvidable sketch. Me impresionó su sencillez. Luego de entrevistarlo en un abarrotado ‘Satchmo’, en Miraflores, habían desinflado las llantas de nuestra unidad móvil, pero pidió una gata y ¡cambió las llantas contando chistes! Reservado con su intimidad, me confesó: ‘Malcom, los personajes son creados con espíritu cómico, sin escarnio ni discriminaciones’.
Así recogió el permiso de celebridades como monseñor Ricardo Durand, obispo del Callao, y lo caracterizó con orejas grandes que parecían empanadas. Su vena histriónica hizo de ‘Las mil y una de Carlos Álvarez’, la mágica vitrina para encarnar a medio mundo. Estuve en la visita soñada a su mentor Ferrando, parodiando ‘Trampolín a la farra’, con la carismática Nancy Cavagnari haciendo de ‘Viejoleta’ y la batió: ‘¿Saben como le dicen? Dieta, porque nadie la sigue’, y ¡se fue bailando! Somos exalumnos guadalupanos, como el notable historiador Jorge Basadre.
Conozco su formación humana ayudando a los niños que sufrieron con la explosión del volcán Ubinas. Nunca lo vi tomar licor. Siempre entregado con disciplina a sus libretos, hasta encandilar en la televisión chilena, imitando genialmente a Michelle Bachelet. Y la imperdible creación de ‘Mala mala’, de la lisurienta Natalia Málaga. ‘El especial del humor’, junto a Jorge Benavides, perdura en la memoria popular como el Cubillas-Sotil del humorismo, de impagables alegrías”. Pucha, ¡qué gratas experiencias! Me voy, cuídense.
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