Cuidemos a los abuelitos

El fotógrafo Gary nos habla sobre la importancia del respeto y cariño que debemos mostrar con las persona de avanzada edad.

Los adultos mayores en su día.

Los adultos mayores en su día.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines verdes con queso parmesano rayadito, un bisté apanado y una jarra de agüita de manzana al tiempo. “María, para hablar de los abuelitos, adultos mayores o personas de la tercera edad, yo me saco el sombrero. Los viejitos, como les decimos de cariño, tienen una larga historia de vida, llena de experiencias, vivencias y sabiduría. Han pasado su existencia luchando por ellos mismos, por sus familias y el país. Por el bienestar de sus hijos, la tranquilidad de sus esposas y la alegría de toda la familia.

Cada 26 de agosto, en el Perú y muchos otros países del mundo, se conmemora el ‘Día del adulto mayor’, en honor a la festividad de Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, ‘Patrona de la ancianidad’, quien murió el 26 de agosto 1897 en Valencia (España). Ella fue fundadora de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos De-samparados, obra que se extiende a Europa, América y África. A veces uno parece no darse cuenta, pero es mucho lo que hacen los abuelitos aun cuando están muy ancianitos:

Contribuyen con su experiencia en momentos de crisis familiar. Ayudan en el sentido psicológico y, si pueden y es necesario, hasta en el aspecto económico.

Cuidan a los nietos cuando los padres, por el trabajo o enfermedad, no pueden hacerlo. Eso es beneficioso para los niños y para los abuelos porque se sentirán más útiles, más considerados y más valorados. Pero los hijos no deben abusar.

Contribuyen en el equilibrio de tiempo en el hogar de sus hijos, recogiendo a los niños en el colegio, o quedándose con ellos alguna noche para que los padres puedan salir libremente.

Transmiten valores familiares y mantienen el vínculo entre las generaciones. Nadie más que ellos saben contar las fantásticas historias de sus antepasados que tanto les gustan a los nietos.

Ayudan en la educación, pues interceden en la comunicación entre padres e hijos. Cuando hay ‘tormentas’, calman los ánimos en uno y otro lado.

Hay ocasiones que apoyan a la madre o al padre divorciado. A veces tienen que asumir la figura paternal o maternal, según sea el caso.

Aprenden con sus nietos, acercándose más a las nuevas generaciones. Por ejemplo, a usar la computadora o la Tablet.

Por eso, en reconocimiento por todo lo que hacen y por la consideración que merecen, los hijos y nietos debemos tratarlos con respeto, paciencia y amor en los pocos años de vida que les quedan”. Mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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