Los derrotados

Nuestro columnista analiza a los perdedores en estas elecciones

Redaccion Trome

Este Búho revisa los resultados de las elecciones municipales y regionales en Lima y el país e intenta sacar algunas conclusiones.

Hay varios derrotados: Los llamados partidos tradicionales como el Apra, AP, PPC y la izquierda en su conjunto. El partido fundado por Haya de la Torre, si bien nunca mandó en Lima, siempre mantuvo con orgullo su ‘sólido norte’, venciendo por décadas en plazas importantes como Trujillo y Chiclayo, pero esta vez fue derrotado por el caudillista movimiento APP, de César Acuña. Inclusive su único alcalde en un distrito limeño como Breña, José Antonio Gordillo, perdió en su afán reeleccionista.

La sorpresiva votación de su candidato a Lima, Enrique Cornejo, como ya lo escribí, se debe a que proyectó una figura conocedora de la problemática y deslumbró en los debates y sin quererlo, la indiferencia y hasta desdén de Alan García a su candidatura le hizo un favor y le acercó votos de antaño antiapristas.

Acción Popular parece acompañar en su defunción a su líder histórico Fernando Belaunde, quien llegó dos veces a la Presidencia y hoy debe revolverse en la tumba por el 1% de su candidato Edmundo del Águila.

Al hablar del PPC hay que hacerlo como si se tratara del ‘Dr. Jakyll y Mr. Hyde’. Hay dos partidos en el movimiento fundado por Luis Bedoya. Los dos se culpan del fracaso y los dos celebran un ‘triunfo’ al haber retenido su alcaldía estandarte, San Isidro.

Si la hubieran perdido, tendrían que cuestionar su propia identidad y varios conspicuos líderes se habrían lanzado de un acantilado sanisidrino. Lo real es que era una debacle anunciada, después que por una idiotez personal, Pablo Secada, quien pudo ser el gran gallito de tapada ante Castañeda, quedó fuera de la lid. Se hundieron cuando la maquinaria comandada por Raúl Castro y Rafael Santos torpedearon la candidatura metropolitana del carismático regidor Alberto ‘Choclo’ Valenzuela, para colocar al disciplinado y opaco Jaime Zea.

La militancia pepecista, en algunos distritos, hizo campaña por sus candidatos locales al lado de la foto de una sonriente Lourdes Flores y no de ‘El Zorro’. La victoria en distritos antes ajenos como Carabayllo, San Juan de Miraflores o Surquillo debe hacerlos pensar que la militancia de base, de extracción popular, puede refrescar a una dirigencia a todas luces anquilosada y perfumada en reiterados fracasos.

La izquierda, en Lima y el país, siempre estará destinada al fracaso sino presenta candidaturas unitarias. La historia lo demostró con el triunfo de Alfonso Barrantes en 1983 y de Susana Villarán en el 2010. La alcaldesa asistió a su ‘muerte anunciada’ desde que prefirió el apoyo de un partido como Perú Posible de Alejandro Toledo en vez del movimiento de una exregidora carismática, que fue puntal en la campaña para evitar la revocatoria: Marisa Glave. Cambiar a Glave por Pilar Fleitas, una recontra cuestionada engreída de otra ‘joyita’, Alejandro Toledo, demostró la falta de perspectivas de Villarán. Arropada por funcionarios más que leales, sobones, con poca capacidad técnica y con aliados que restaban en lugar de sumar, Villarán se fue al despeñadero.

En el balcón sus antiguos aliados radicales no deben festejar demasiado su derrota, porque al final, el descalabro en Fuerza Social como alternativa democrática de izquierda pareciera confirmar que ya no hay oportunidad para un triunfo electoral izquierdista en Lima o el país, salvo que lluevan flores amarillas y logren la ansiada unidad. Apago el televisor.