Este Búho sale a caminar por un malecón nebuloso como la coyuntura política. Compro mis diarios favoritos y, después de un desayuno criollazo con pan con lomito y café con leche, continúo con mis recuerdos de los debates presidenciales de la segunda vuelta.

ALEJANDRO TOLEDO VS. ALAN GARCÍA: En el miraflorino Hotel Marriott, el 18 de mayo del 2001, se encontraron el economista Alejandro Toledo y Alan García. El moderador fue el carismático periodista Güido Lombardi. Aquí, no se dio la lógica. Alan debía pulverizar al ‘Cholo de Cabana’, pero el economista venía ganador. Había liderado las protestas en ‘La Marcha por los Cuatro Suyos’, que terminó por liquidar al gobierno de Alberto Fujimori, quien se fugó al Japón. En ese momento, hasta la presencia de una esposa gringa, Eliane Karp, que bailaba huainitos, le dio un plus. Pero ella cometió el error de fustigar a los ‘blanquitos de Miraflores’, pues ese eslogan racista casi hunde al ‘Cholo’. Pero los debates, a veces, son decisivos.

Alejandro Toledo se transformó y atacó a Alan García en su punto débil: la desastrosa economía de su primer gobierno. Alan intentó convocar a los jóvenes, los que no habían nacido cuando no había leche ni pan, pero Toledo le recordó la carne malograda, la corrupción en los casos de los aviones Mirage y del Tren Eléctrico. Le achacó que tuvo un exilio dorado en París y Bogotá, mientras que él y muchos luchaban por el retorno de la democracia. ‘Yo estuve en Los Cuatro Suyos, ¿dónde estuvo usted, señor García?’, le espetó. Alan se picó y le mandó un misil: ‘Yo no consumo cocaína’. Pero ese golpe bajo le costó caro. El debate, increíblemente según las encuestas, lo ganó el ‘Cholo’. Y también la elección.

ALAN GARCÍA VS OLLANTA HUMALA: El comandante en retiro ganó de lejos la primera vuelta. Alan García pasó raspando, en una lucha con Lourdes Flores. Lima estaba totalmente volcada a cualquiera que no sea Ollanta Humala. En el debate, realizado en mayo del 2006, en el Museo de Antropología, en Pueblo Libre, Ollanta estaba muñequeado y ¡¡llegó tarde!! Increíble. Después se supo que había hecho una paradita en el clásico bar Queirolo dicen para ‘tomarse un pisquito y calentarse’. Será por eso que puso una bandera peruana en su pupitre. El moderador, el periodista Augusto Álvarez Rodrich, le pidió que la retire. El milico se entercó y se negó a hacerlo. Así que el moderador tuvo que sacarla.

En el inicio, Alan García aprovechó la tardanza y le dijo: ‘Si llega tarde al debate, va a llegar tarde a las urgencias del país’. El aprista fustigó el ‘Andahuaylazo’ de su hermano Antauro, y que el golpe de Locumba contra Fujimori se hizo para facilitar la fuga de Vladimiro Montesinos. Ollanta Humala le fue a la yugular. ‘Su ministro del Interior y amigo, Agustín Mantilla, fue a la salita del SIN a recibir plata’. El debate nunca iba a alterar nada. Las encuestas le daban un amplio margen a García, porque Ollanta encarnaba una propuesta radical, chavista y estatizante. Por eso, Alan volvió a ser presidente.

OLLANTA HUMALA VS KEIKO FUJIMORI: El fujimorismo había renacido con fuerza. Sus bases populares estaban intactas y Keiko Fujimori logró pasar a la segunda vuelta. Mientras, Ollanta Humala había arrasado en las provincias. Las urbes costeñas habían votado por otros candidatos. Todo era confusión, pues el militar seguía manteniendo un discurso radical, llamado ‘La gran transformación’. Pero el recuerdo del fujimorismo estaba fresco y dolía. En un primer momento, el escritor Mario Vargas Llosa dijo que una confrontación entre Keiko y Ollanta era como votar ‘entre el cáncer y el Sida’. ¡Imagínense el nivel al que llegábamos! Luego, él mismo y su hijo arribaron para ‘convencer a Ollanta’ a fin de que cambie su radical programa político por ‘Una hoja de ruta’ que posibilitara continuar con la política económica de los dos anteriores gobiernos.

Ollanta Humala aceptó. En el debate, realizado en el Hotel Marriott, en mayo del 2011, una Keiko Fujimori chibola e inexperta fue ‘almorzada’ por el milico que le recordó todos los ‘chicharrones’ de su padre. Crímenes, violación de derechos humanos, huida al Japón. ‘¡Su padre renunció por fax!’, bramó Ollanta ante los murmullos del auditorio. La fujimorista solo se defendía tibiamente. Rasguñaba con temas como el golpe de Locumba y el ‘Andahuaylazo’, pero Ollanta se reía. Esa polémica la ganó Ollanta y también la elección. Mañana será otra historia. Allí nos vemos. Apago el televisor.

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