El héroe de Chile

Nuestro columnista comenta la trayectoria del actual DT de la selección de Chile, Jorge Sampaoli, en especial su paso por Perú.

Redaccion Trome

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Jorge Sampaoli

Este Búho se pregunta ¿cómo se habrán sentido ciertos jugadores de Sporting Cristal al ver por TV a ese entrenador al que llamaban ‘hombrecito’, pasar a la historia deportiva al dirigir a la selección chilena que derrotó y eliminó a España, campeón del mundo vigente y doble europeo, dando una lección de fútbol y disciplina táctica? ¿Qué sentirá un ‘Camello’ que, una tarde del 2007, llegó hasta la oficina de los dirigentes tirando la puerta para pedir la cabeza del técnico que se había atrevido a ‘hacerme correr como si tuviera veinte años’? Jorge Sampaoli quiso transformar a ese Sporting Cristal de jugadores como Soto, Palacios o el argentino Bonnet, conformistas por haber llegado a una final de Copa Libertadores. Sus exigencias de tres entrenamientos diarios y concentración rígida solo la aceptaron los jóvenes. Los ‘referentes’ le hicieron la cruz y le armaron una ‘camita’ que le resultó muy dolorosa porque acabó con su cese después de 17 partidos. Herido en su amor propio, redactaría una misiva a su maestro y guía, Marcelo Bielsa. Porque si los musulmanes tienen a Alá, Sampaoli considera a su paisano, el rosarino Marcelo Bielsa, un tótem al que no solo rinde pleitesía, sino sigue su ejemplo y enseñanzas. Le pedía perdón por no haber sabido hacer respetar ‘el estilo’.

En Santiago, cuando llegó contratado en el 2012 por la ‘U’ de Chile, con la que ganaría todo, ya no sería tan contemplativo. Ni bien fue contratado ‘borró’ al referente del equipo, del que sabía quería poner al plantel en su contra. De allí, a ponerse el buzo de la selección chilena, solo hubo un paso. Su objetivo, recuperar el espíritu y la confianza de sus jugadores con la selección y su técnico, como ocurrió en la era Bielsa, que fue interrumpida por el fiasco de la etapa con Claudio Borghi, donde el seleccionado parecía un club de juergueros y los resultados no los acompañaron. Lo que consigue hoy Sampaoli es el premio a la constancia de un técnico estudioso. Obsesivo. Que salió de abajo. Un técnico de una provincia argentina ubicada a 50 kilómetros de Rosario, que se hizo entrenador al sufrir una lesión a los 20 años.

Hoy, Sampaoli está a punto si ya no lo es de ser millonario. Pero este ‘hombrecito’ de 1.72 nunca pensó en eso, cuando dirigía a un equipo de segunda B y decidió dejar a su esposa e hijos para dirigir en Primera división en Perú. Ni siquiera en la capital, sino en una ciudad de nombre raro, Chiclayo, al Juan Aurich. Llegó por tierra, con una maleta con poca ropa y decenas de cintas de video y casetes. No, no era música, pese a que le gusta el rock de Andrés Calamaro. Eran charlas de Bielsa. Luego pasó a dirigir a Sport Boys, un club popular. “Allí tuve jugadores difíciles como ‘Kukín’ o Lobatón, pero hicimos una buena campaña”. Tan misia estaba la economía rosada que no pudieron darle un departamento, ni un cuarto en un hotel. Le consiguieron un cuartito en el cuartel de bomberos de La Punta. En las noches, por la bulla, salía a caminar por la playa, escuchando las charlas de Bielsa.

Si no estaba entrenando, estaba viendo videos. Si él hubiera dicho que algún día entrenaría a una selección en el Mundial y eliminaría al campeón del mundo, le hubieran dicho ¡loco! Pero se lo decían sus familiares en Rosario, porque mandaba un puñado de dólares, pues en el Boys era el entrenador peor pagado. Dos mil 500 dólares para repartirlos con su asistente. Pero los grandes hombres saben que el sacrificio es el pago que hay que realizar para conquistar sus sueños. Del Boys llegó a Bolognesi, equipo al que llevó a justas internacionales. Lo que pocos saben es que hace años gestionó una reunión con Manuel Burga, la cita se dio y allí Sampaoli le explicó el plan que tenía en mente, el mismo que tanto éxito cosechó en Chile. Pero el dirigente más perdedor en la historia del fútbol peruano, lo escuchó, movió la cabeza y dio por terminada la reunión. “Después de eso no hubo otro tipo de ofrecimiento”, confesó el técnico. Una historia alucinante que debe servir de ejemplo. Jorge Sampaoli es una estrella en el Mundial. Burga está como un advenedizo, un zampón. Apago el televisor.