Hijos de la violencia

El fotógrafo Gary sostiene que se han multiplicado los casos de hijos que matan a sus padres.

Redaccion Trome

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El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un lomito al jugo con arroz blanco y un refresco de maracuyá heladito.

“María, algo muy grave debe estar pasando en nuestro país, en los últimos tiempos, para que se multipliquen los casos de hijos que matan a sus padres. Para que el pandillaje campee en gran parte del Perú y existan sicarios de 13 o 14 años. Pero acá no hay misterios, porque es indudable que no estamos criando bien a nuestros hijos.

Un muchacho formado en el estudio, los buenos valores y el amor, de todas maneras tiene que ser mañana un adulto de bien. Si hay un sicario de 13 años, es porque fue un niño abandonado, víctima de la violencia. Porque aunque parezca increíble, hay familias de delincuentes que forman a sus hijos dentro de la delincuencia, enseñándoles a robar y matar.

Igual los pandilleros que, prácticamente, huyen de su hogar donde solo encuentran violencia, abuso, pobreza y maltratos. En la calle son pasto fácil de delincuentes que los introducen en su mundo fuera de la ley. Pero los hijos que matan a sus padres entran en la categoría de ‘monstruos’.

En su mayoría son muchachos engreídos, sobreprotegidos, que siempre recibieron todo lo que querían. Creen que tienen el derecho a obtener lo que deseen y, peor aún, sin dar nada a cambio.

Además, por lo general, tienen pésima relación con uno o los dos padres, a quienes comienzan a ver como un estorbo, un ser odioso que les impide ser felices, porque les exigen que estudien o simplemente limpien su cuarto.

Comienzan a pensar en eliminarlos, cuando se convencen que con su muerte podrán ser libres y disponer del dinero de la familia. Los especialistas dicen que los adolescentes que tienen más peligro de caer en ese comportamiento criminal son los hijos únicos, sobre todo cuando los padres no saben criarlos. Los sobreprotegen, no los dejan tener amigos, los aíslan y les dan todo lo que desean.

El resultado será que se convertirán en seres egoístas que odian compartir lo que tienen. Al impedir que se relacionen con otros menores, se les está quitando la posibilidad de discutir con otros, de negociar, de frustrarse, de aprender que no son el centro del Universo, de saber que deben aguantarse cuando no se obtiene lo que se desea.

Pero además del abandono y la mala crianza, los menores en el Perú están expuestos a diferentes tipos de abuso, incluida la violencia sexual. Para tener una idea de este problema, solo entre enero y marzo del 2013, el Ministerio de la Mujer recibió mil 190 denuncias por abuso o acoso sexual, de los cuales 878 casos correspondían a niñas y adolescentes.

Lo peor es que la mayoría de estas víctimas fue abusada en su casa por un tío, un primo, padrastro o el papá. No estamos criando ni cuidando bien a nuestros hijos, y mientras esto continúe, gran parte de nuestra juventud estará perdida”. Gary tiene razón.

Me voy, cuídense.