Malcom y lucía

El fotógrafo Gary nos habla nuevamente sobre el recordado periodista peruano.

Redaccion Trome

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por sus pallares caldudos con una cojinovita frita entera. “María, llegó mi hermano Malcom Mendocha emocionado por el ‘Día de la canción criolla’. ‘Gary, yo conocí a una Lucía de La Cruz chibola y mamacita. No como sale ahora, chibolera y figuretti. De jovencita su alegre corazón le pertenecía a Chorrillos y el mío al Jr. Sandia, por eso nuestra limpia y sincera amistad perduró caminando en lo que más nos apasiona: Lucía de la Cruz cantando como las diosas y yo de marketero y periodista de espectáculos.

Ella era la artista criolla con más simpatía, porque nunca perdió la humildad, aún en sus momentos de mayor impacto masivo, como cuando ganó el otrora Festival Internacional de la Canción de Trujillo con ‘Vieja limeña’. Llegó incluso, a su regreso de Estocolmo, llena de éxitos y dinero. Mientras tanto, sus discos de acetato con ‘Frente a frente’ y ‘Cada domingo a las 12’ se escuchaban por decreto popular. Hizo famosos los temas ‘Que somos amantes’, ‘Se acabó y punto’ y ‘Yo perdí el corazón’.

Siempre me tuvo en cuenta en su agitada y divertida vida dentro y fuera de los escenarios. Recuerdo cuando me llevó a Ciudad del Pescador del Callao y me dijo: ‘Malcom, mi padre fue pescador. Sé lo sacrificado de la faena, de los valientes hombres del mar, por eso esta noche les canto sin cobrar en sus casas. Yo no soy ‘diva’, me debo al pueblo’. Lucía se mandó con una inolvidable velada, estrenando ropa europea y mostrando toda su coquetería, hasta sus espectaculares uñas de las manos. Luego de degustar un potente aguadito de pescado y mariscos, nos sorprendió a mitad del show: ‘Hermanos, les presento a mi ‘pescadito’. Mi novio, el periodista Malcom, que siempre para de ‘peña en peña’, ja, ja, ja’. Todos terminamos doblados de risa. Ahí está la foto imperdible. Tuvo la desgracia de quedar viuda de su primer marido, al que abalearon en Chorrillos una noche de toque de queda.

Tomando desayuno en casa de Augusto Ferrando, el animador me encomendó: ‘Malcom, la comunidad peruana en Miami quiere a la ‘Peña Ferrando’, pero también a Lucila Campos y a mi sobrina Lucía de la Cruz. Habla con ellas y nos vamos con Faucett a Florida’. La gira soñada fue imborrable. ‘La reina de los festivales’ tenía de vuelta y media al personal del lujoso hotel con sus tiernas locuras, como comerse toda la exquisita ensalada del bufé y, a cambio, con todo su temperamento escénico, mostrando sus curvas generosas, cantó a voz en cuello ‘Yo perdí el corazón’, vals de José Escajadillo que la encumbró. Terminó abrazada con un ‘gringo’, agente de seguridad, y con el aplauso estruendoso de los turistas”. Pucha, ese señor Mendocha se conoce a todo el mundo. Me voy, cuídense.