Este Búho escribe esta columna con indignación. Me pongo en la sufrida piel del esposo y las hijas de Gloria Aguirre Vega, la cambista asesinada un día antes de Fiestas Patrias, en San Isidro. En dicho distrito, Miraflores y el Centro de Lima, miles de sacrificados padres de familia salen a las calles a trabajar todo el día para poder mantener a sus hijos y darles una buena educación escolar y universitaria, pero el sacrificio de muchos se ve destruido en segundos por los malditos ‘marcas’ y ‘raqueteros’, sanguinarios delincuentes que no tienen piedad y disparan a matar por dinero y hasta por un celular.
Me da pena decirlo, pero la delincuencia en el país está llegando a niveles comparables con los de Colombia de los tiempos de Pablo Escobar y México del reino de los cárteles de la droga, como el de Sinaloa o Juárez. Pero me parece que la violencia que hoy reina impunemente en el país lo abarca todo. Pablo Escobar era una mezcla del ‘Chapo’ Guzmán con Abimael Guzmán. Era el más poderoso narco que inundaba de cocaína a Estados Unidos y cuando el gobierno decidió enfrentarlo, el capo le declaró la guerra y desató un baño de sangre con sus coches-bomba y atentados con los que instauró el terror, asesinando policías, jueces y políticos.
Pero allí no andaban bandas de criminales en autos por todos los distritos de las ciudades del país, matando a estudiantes, secretarias, madres de familia, gente honrada que busca el bienestar de sus familias. Aquí, en Lima, no estamos seguros ni en San Isidro o Miraflores. No estás seguro ni en un restaurante ‘cinco tenedores’ o en un chifa de barrio, adonde ingresan los delincuentes con revólver en mano para matar por encargo o desvalijar la caja y a los comensales, ¡delante de niños!
Ahora me entero que en un espectacular operativo, la policía capturó, en tiempo récord, a Carlos Cruz Risco, ‘Curly’, acusado de participar en el crimen de la cambista Gloria Aguirre. De inmediato volé a conversar con los cambistas más emblemáticos de Miraflores, los ‘Hermanos bigote’, de la avenida Pardo, afuera del Banco de Crédito. ‘Señor Búho, esta es una situación desesperante. En San Isidro una indefensa mujer fue asesinada, y todavía el alcalde amenaza con desalojarnos. O sea, la delincuencia no es el peligro en ese distrito, sino los honrados cambistas’.
Es como si ante una oleada de violaciones a mujeres, el presidente ordene que no salgan a la calle o no usen falda. Quienes solo ven en la Policía Nacional a elementos a los que hay que dar de baja o a los que se debe investigar por delitos, deberían saludar también que, en tiempo récord, estos ‘sabuesos’ hayan capturado a uno de los asesinos.
Espero que la ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello, y el ministro del Interior, Carlos Basombrío, hagan un seguimiento de este caso. No vaya a ser que este miserable sea liberado por ‘falta de pruebas’. El mensaje del ministro del Interior fue claro: ‘El principal enemigo es la delincuencia’. No hay que olvidarlo. Apago el televisor.
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