‘Pastillazos’ de 'El Búho'

Nuestro columnista habla sobre lo último de la coyuntura nacional.

Redaccion Trome

Más sobre:

Eva Bracamonte

Este Búho, ahora que se acerca la Navidad, guarda su espada del augurio de Los Thundercats y se irá a tomar un caldito de choros en mi hueco nikei entre Miraflores y Surquillo. Me iré con mi verdadero amor: mi hijita. Pongo en el auto el clásico tema ‘Santa Claus is coming to town’ del gran Bing Crosby y arranco con fuerza.

Este periodista, como Mario Vargas Llosa, tiene un cariño especial por los miembros de la Policía Nacional. El escritor los homenajeó con ese gran personaje, el ‘Sargento Lituma’. Los veía como los sacrificados y más honestos, a tal punto que hasta recibían abuso de los integrantes de los institutos armados, cuando los intervenían si los encontraban en falta. Eso siempre fue así y el lema: ‘A la policía se le respeta’ parecía un eufemismo. A raíz de la condena a la ciudadana Silvana Buscaglia por agredir a un efectivo, el tema se ha puesto en la palestra. Nadie tiene derecho a agredir a un policía y la señora debió ser sancionada drásticamente. Que las leyes para ese delito son muy drásticas, coincidimos todos. Hay asesinos de policías en el ‘Baguazo’ que están libres, hay salvajes que mataron y mandaron al hospital a agentes en las protestas por ‘Tía María’ y están bañándose en las playas de Camaná. Que la doña reflexione este verano y revisen ese caso. Pero me reafirmo, ‘A la policía se le respeta’.

Una amiga, que estudia teatro en la Católica, me llamó al celular. ‘Búho, mira ahorita Canal N para que veas la mejor actuación del 2015, para tu ranking de fin de año’. Me imaginé que estaba la tía Irma Maury o Yvonne Frayssinet, pero, no, estaba Eva Bracamonte dando su alegato final hecha un mar de lágrimas. Ya me estaba conmoviendo, pero cuando terminó, se volteó y miró a alguien, y casi se sonrió. ¡Qué alucinante! ¡La mejor alumna de July Natters! Solo espero que de una vez por todas los jueces determinen quién mandó a matar sin piedad a la señora Myriam Fefer, para que la empresaria por fin pueda descansar en paz.

Mi hija sabe que este columnista no compra cohetones ni nada que tenga que ver con ‘juegos pirotécnicos’. Se lo dije hace años y nunca más me ha pedido ni reventamos fuegos artificiales en Navidad ni Año Nuevo. ‘Hijita, estuve a pocos metros del coche-bomba que destruyó la Sunat y mató a gente inocente esa noche. Me salvé de milagro en la avenida Wilson, pero mi oído no es el mismo, por eso hablo fuerte’, le dije. ‘Ya papi’, me respondió. Quienes vivimos esa época del terror demencial de Sendero Luminoso, con las bombas todos los días, odiamos los cohetones que destrozan las manos de los niños y causan incendios, donde mueren inocentes ‘angelitos’.

El domingo cambié a América para ver ‘Cuarto Poder’ y me sorprendí. ¡Estaban pasando un concierto del gran Oscar D’León, el ‘Faraón de la salsa’! No, era que transmitían el concurso Miss Universo y el morocho animador Steve Harvey era igualito al sonero venezolano. Lo que sucedió al final fue alucinante. Quedaron finalistas dos bombones. Una chinita de un cuerpazo, filipina y una colocha de belleza legendaria. El clon de Oscar declaró ganadora a la latinoamericana. Le entregaron la banda y corona, lloró, sacó una banderita y en su país dos viejitos murieron de infarto por la emoción. Pero el morocho dijo: ‘Sorry it’s a mistake’. Había leído peor que el candidato Acuña. ¡¡La ganadora era la filipina!! Como diría el ‘Padre Maritín’ de Carlos Álvarez: ¡¡Horrorrrrrrr!! Pero una llamada a mi celular de una tía que trabajó en Miss Universo en Lima me dio una teoría. ‘Buhito, el dueño del concurso es Donald Trump, el precandidato republicano, que anda en guerra contra los mexicanos, colombianos y todos los latinos. Se ha bronqueado con Shakira, Juanes y Sofía Vergara. Nunca iba a permitir que una colombiana sea Miss Universo. Clic’. Solo me queda decir, como la gran Cristina Saralegui: ¿Será cierto eso? Apago el televisor.