Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su escabeche de bonito con su cebolla curtida, ají amarillo, camote, huevo duro y aceituna, y una jarra de limonada.
“María, llegó a buscarme mi hermano, el marketero y periodista ayacuchano Malcom Mendocha. “Gary, conocí a Pedrito Suárez-Vértiz, el más querido estandarte del rock nacional de todos los tiempos, justo cuando saboreaba las primeras mieles de auténtica fama con Arena Hash, al ritmo de ‘Cuando la cama me da vueltas’, y luego como solista, cantando junto a su inseparable guitarra ‘Cuéntame’, ‘Mi auto era una rana’ y ‘Me estoy enamorando’, que le valió ¡Triple disco de Platino! Quedó fascinado de mi experiencia discográfica. Jovencito de buena entraña, inquieto, con naturales ojeras y cabello desordenado, me confesó: “Malcom, dibujaba cantando. Marisa, mi querida profesora de Arte, me regaló una amplia sonrisa y me dijo: ‘Siempre sé tú mismo, así vas a ser cantante, confía en ti mismo y ¡nunca cambies!’”.
Respiró profundamente con los ojos humedecidos, porque su exitazo ‘Degeneración actual’ lo había llevado a ser alabado internacionalmente. El prolijo cantautor chalaco, vestido fantásticamente con casaca, pantalón al ‘cuete’ de cuero y espectaculares botas, todo de negro, recordó su niñez correteando por el parque El Olivar de San Isidro y reveló: “Papá Hernando, con vena de artista plástico, compró mi primera antigua Celesta Dulcitone, con apariencia de un pequeño piano, hasta que mi madre, enterada de que me prestaban guitarras, con gran esfuerzo, puso en mis manos ¡mi primera añorada guitarra!”.
Emprendió sus memorables giras al exterior y al ver miles de rostros peruanos, supo leer y sentir la nostalgia por la tierra bendita. Se iluminó y fusionando acordes huayno-rock, creó ‘Cuando pienses en volver’, con el saxo de Jean Pierre Magnet, echando al viento aires andinos, hasta convertirlo en el himno sonoro de los peruanos.
Con buenos sentimientos y vitalidad, demostró toda su dimensión humana, poniendo el hombro en la reconstrucción de una escuela en Ica, cantando en el Megaconcierto ‘Voces Solidarias’ y de la mano con la emblemática Cruz Roja. Me estremeció cuando develó la placa. Fue sorprendido tiernamente por los niños cantando y saltando ‘Cuando pienses en volver’, no resistió más y se unió al coro infantil y en abrazo interminable terminó cantando como los dioses. Ahí está la imagen de la bondad. La conmovedora labor humanitaria fue reconocida y por ello fue nombrado ‘portavoz en los programas contra la desnutrición infantil de las Naciones Unidas’. Por eso, Pedrito habita y perdura en el corazón del pueblo”. Pucha, ese señor Mendocha conoce a los grandes. Me voy, cuídense.