Ricardo Montaner y Mendocha

El fotógrafo Gary nos habla nuevamente sobre el recordado periodista peruano.

Redaccion Trome

Más sobre:

Ricardo Montaner

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un rico estofado de pollo con su papita amarilla. Para calmar la sed, se pidió una jarrita de agua de cocona. “María, llegó a buscarme a la Redacción mi amigo, el periodista y marketero ayacuchano, Malcom Mendocha. Estaba emocionado por su última reunión con una estrella de la canción romántica. ‘El último jueves, en el hotel Westin, después de ¡veinticinco años!, tuve el reencuentro soñado con Ricardo Montaner, el querido genio romántico de la canción hispana. Recuerdo que en mi primera misión periodística, conocí al prolijo cantautor con alma venezolana y, precisamente, encumbrado con su éxito ‘La cima del cielo’.

Me atendió en los estudios de Venevisión, en Caracas, durante la grabación de un spot navideño y con amplia sonrisa me dijo: ‘¡Epa’ mi pana perucho!, vamos al cafetín, oíste’. En esa ocasión, nos sentamos en medio de una constelación de estrellas y ¡hermosísimas reinas! Tomando jugos y degustando sabrosas arepas, con sentimiento Montaner expresó: ‘Malcom, quiero al Perú hasta mis huesos, porque de ‘chamo’, en el ‘Festival Internacional de Trujillo’, me dieron la oportunidad de cantar y bautizado como Ricardo Montaner, hasta me di unas escapaditas para entonar ‘Fina estampa’ en las peñas, tocando el fantástico cajón peruano’.

Acomodando su frondosa cabellera, confesó: ‘Empecé cantando en el coro de la iglesia, tocando batería formé mi banda de rock, mientras estudiaba periodismo, pero ganó la música’. Luego, quedamos vernos en Lima.
Por eso, encargué confeccionar por manos cusqueñas un fino poncho con lana de alpaca y me presenté en su reciente conferencia de prensa, sin micrófono sorprendí a los colegas y sostuve: ‘Ricardo, han pasado veinticinco años y nos volvemos a ver…’ . Interrumpió muy emocionado, abrió sus brazos y exclamó: ‘¡¡Hermano, estás igualito!!, acércate’. Impactado, seguí: ‘Vengo a cumplir mi promesa y entregarte este cariño a nombre del pueblo peruano, por tantas bellas canciones y conciertos himnos al amor, llévate nuestro afecto’.

El abarrotado recinto enmudeció, solo se escuchaba el incesante ‘clic’ de los fotógrafos, movimiento de cámaras en vivo, a la expectativa hombres de seguridad y mozos. No esperó más y abriendo el regalo explotó: ‘¡Un lindo poncho, gracias!’, me abrazó fuertemente, mientras se escuchaba: ‘¡Que se lo ponga, que se lo ponga!’ y con picardía respondió: ‘Disculpen, ya sé quién me lo va a quitar y lo va a lucir por todo el mundo, Marlene, mi encantadora esposa, porque está fascinada con los típicos atuendos peruanos, ahorita se lo doy’. Después, entendí su felicidad, porque justo le había ofrecido aquí un auténtico regalo por sus ‘Bodas de plata’ matrimoniales”. Pucha, ese señor Malcom siempre aparece en la foto. Me voy. Cuídense.