Siguen los faenones

Nuestro columnista comenta los continuos casos de corrupción en el país.

Redaccion Trome

Este Búho reflexiona sobre lo que piensa el ciudadano de a pie sobre la corrupción generalizada que corroe el país, no solo en los gobiernos regionales sino en muchas instancias del Estado. ¿Qué puede decir el hombre que se levanta a las cinco y media de la madrugada para tomar un frugal desayuno casi a oscuras para luego agarrar un micro repleto y llegar a las siete a trabajar, ganando sueldo mínimo de setecientos cincuenta soles, mientras malas autoridades se embolsan miles de dólares en ‘faenones’? Sin embargo, a ese ciudadano no se le ocurre meterse de delincuente ni ladrón.

¿Qué dirán de las licitaciones amañadas o los turbios negociados en el Estado, las jovencitas que trabajan doce horas en modernos supermercados y ganan sueldo mínimo sin cobrar horas extras? Ellas siguen laborando en esas injustas condiciones laborales, pero no se les ocurre meterse de ‘peperas’ o ejercer otra ilícita profesión. La mayoría del pueblo trabaja honradamente para salir adelante, por eso resulta incomprensible que autoridades que ganan suculentos sueldos, se corrompan en un país que, paradójicamente, ostenta uno de los haberes per cápita más bajos de Sudamérica. ¿Es que no sirvió de nada la década en que Montesinos y Fujimori se levantaron en vilo al país?

Este columnista recuerda un caso emblemático de corrupción: los ‘petroaudios’, cuyo juicio demoró, increíblemente, varios años y acaba de iniciarse en mayo. Estos son los protagonistas. Rómulo León (exdiputado y exministro de Pesquería del primer gobierno de Alan García), Alberto ‘Don Bieto’ Quimper (entonces funcionario de Perupetro, ente estatal encargado de promover la inversión en actividades petroleras e hidrocarburos), Fortunato Canaán (empresario dominicano representante de la noruega Discover Petroleum). Otros: César Gutiérrez (expresidente de Petroperú), Juan Valdivia (entonces ministro de Energía y Minas), Jorge del Castillo (entonces primer ministro), Hernán Garrido Lecca (entonces ministro de Salud).

La acusación fiscal sostiene que los involucrados tuvieron participación en una negociación ilícita para que la empresa Discover obtenga lotes de hidrocarburos del Estado. Este escándalo se destapó porque salieron a la luz audios de conversaciones telefónicas entre Rómulo y Quimper. Con un lenguaje procaz, pero sobre todo, que desnudaba el ilícito trabajo que hicieron para favorecer a una empresa que les pagó, según se escuchó, pingües ‘honorarios de éxito’. Aquí algunas perlitas de esos audios:

- ‘Hemos hecho un faenón, hermano, somos un equipo de la gran pu…’ (Quimper)

- Pide trescientos (300 mil dólares) y de repente quedamos en 210. Ya ve tú. Saca lo máximo. ¡¡Tienes que operarlos!!’ (Quimper)

- Ya, ya, yo llevo el bisturí. (Ernesto Arias Schreiber)

- Hemos formado un equipo de la gran pu… hemos trabajado en todos los terrenos (…), hemos incluido hasta servicio de inteligencia (…), la cosa salió cojunuda… ahora nos falta cobrar los honorarios de éxito… (Quimper). No se extrañen que ninguno de los involucrados termine condenado. Estamos en el Perú. Apago el televisor.