Andy Polo se amistó con el gol

Mendoza, Argentina (por José Lara, enviado especial).- Tenía que volver, sabía que iba a ‘regresar’ ese chiquillo que, a los 16 años, emocionó al país. Te esperaba y llegaste justo cuando más te necesitaba nuestro país. Tuviste tu
revancha, la que aguardabas, pese a que no lo decías. Porque te encantan los silencios, amas hablar, pero en la cancha. “Agradezco a Dios por haberme permitido convertir, también a mis compañeros”, y el rubor de niño te invadió el rostro.

Después, en confianza, lo dijiste casi susurrando. “Esto significa mucho para mí. Tenemos fuerzas y no nos rendimos”, agregaste. Y con la juventud a flor de piel,
‘visitaste’ el futuro. “Esto no acaba, se nos viene una final con Chile, un equipo con buenos jugadores, pero también tenemos lo nuestro”, acotó.

Y es cierto, tenemos y te tenemos, juegas para nosotros y eso es muy importante. Te conozco desde que apareciste, eres sentimental pese a tu cara seria, por eso no me sorprendí, quizá muchos de mis colegas sí, cuando en la dedicatoria final diste un nombre que siempre mencionas. “A mi hermano Renzo, el mayor que murió
cuando yo no nacía. Sé que me ayuda desde el cielo, también a mi familia y a
los peruanos”, finalizó.

El domingo ante Chile sé que te vestirás de crack, o mejor dicho, serás el crack
que todos vimos desde la primera vez que debutaste en Primera división.