Terminó el Mundial 2014, pero Carlos Lobatón nos hizo sentir por un instante como si aún estuviéramos en Brasil. Dos golazos, dos pinturitas en el triunfo sobre Juan Aurich. Uno olímpico y otro desde más de media cancha que, sin duda, está dando que hablar. A sus 34 años es como para decir que mientras más añejo, es mucho mejor.
“Creo que ha sido el mejor gol de mi carrera. Me gusta siempre probar de media distancia, pero este creo fue muy atrás. Fue lindo hacerlo, porque necesitábamos ganarlo como sea”, señaló ‘Loba’ en su web.
“También es mi primer gol olímpico y la verdad, que se coló en el lado más complicado. ¿Con cuál de los dos me quedo? Definitivamente con el de media distancia”, destacó.
Siempre que haya un tanto de esa magnitud se recordará el nombre de Carlos Lobatón. “No sé si entre a la historia. Creo que el viento también ayudó. En entrenamientos ya hice goles así, la gente de Cristal es testigo. Que me comparen con (Teófilo) Cubillas es un honor. Él marcó 10 goles en los Mundiales, a cualquiera le hubiera gustado hacer eso, pero yo no pude”, comentó el volante.
Las manos a la boca, como si fueran dos chupones, es el clásico festejo de Lobatón cada vez que anota. “Mi celebración es por mis hijas. Ahora que nacerá mi tercer hijo tendré que cambiar, porque no tengo tres manos”, finalizó entre risas.
MISIL BALÍSTICO
‘Loba’ recogió el balón, avanzó un par de metros y lo mandó a guardar con un maravilloso disparo que, de acuerdo al análisis realizado por el destacado físico Modesto Montoya, recorrió 65 metros en apenas tres segundos antes de estallar en la red. Un misil imposible de detener para el golero del Aurich. Según el analista, el remate salió con una velocidad de 86 Km/h. Además, hay que contar que fue con viento a favor.
Lobatón tiene 34 años y difícilmente jugará las Eliminatorias a Rusia 2018. Pero su forma de juego deberían tenerla los jóvenes volantes: ser un ‘todo’. Empezó como ‘creativo’ en Sport Boys, pasó a ser ‘mixto’ en la ‘U’ y Cienciano y, desde el 2005, en Cristal juega de ‘marca’.
El ‘27’ de Cristal no es una estrella, pero sí un sacrificado, un veterano con una idea joven. El fútbol actual ya no tiene un volante neto de marca ni un ‘10’ estacionado. Eso hacen Arturo Vidal (Chile) o Christian Rodríguez (Uruguay). Es hora de hacer ‘casting’ para preparar futuros Lobatones. La selección los necesita.