¿Sabe usted todo lo que puede ocurrir en el último minuto de un compromiso? Claro, se puede anotar un gol y dejar eufóricos a algunos y tristes a otros. Pero después, cuando cada uno entra a su vestuario, es clásico que casi todos tomen sus celulares y por las redes sociales expresen sus emociones.
El jueves, en el ‘Monumental’, Roberto Ovelar dejó desconsolados a la ‘Trinchera’ y a la mitad más uno en el minuto 89’. Mientras el camarín local era un lamento, en el visitante todo era alegría.
El golero Erick Delgado escribía en su Twitter: ‘Vinimos al gallinero y lo alborotamos. Vamos muchachos’. Desde otro teléfono de última generación, Christian Ramos se mostró igual de hiriente. ‘Silenciamos el cabromental’.
Mientras el autor de la conquista también repetía algo parecido, aunque a los micrófonos que lo esperaron su salida: ‘Alborotamos el gallinero’. Y empezó una guerra entre los cibernautas cremas, que golpearon en su dignidad a los tres futbolistas.
En Ate, se asesoraron con sus abogados para ver si los agresores podían ser sancionados, apoyándose en el ‘Código de ética’ de la Comisión de Justicia de la FPF. Mientras analizaban el tema, llegó una carta a nombre del Juan Aurich dando disculpas a nombre de sus tres empleados. La recibieron, pero siguen dispuestos a que se castigue esa afrenta.
“La Administración está viendo qué medidas tomaremos, lo cual daremos a conocer en su momento”, manifestó Rocío Chávez.
Ante esa amenaza, los desubicados se retractaron. “La verdad, me gano la euforia, pero reconozco el error en el tweet anterior, las disculpas del caso”, escribió el arquero.
“Fue la euforia del triunfo, porque no le habíamos ganado todo el año. Disculpas a todos los hinchas cremas”, publicó el zaguero.
Pero ya parece muy tarde. Ya saben, un partido de fútbol, a veces no acaba en el minuto 90.