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El nadador estadounidense Ryan Lochte fue suspendido 10 meses de toda competición como castigo por el escándalo del falso testimonio que entregó a la Policía de Brasil sobre un presunto robo que sufrió en una gasolinera durante los Juegos Olímpicos de Rio 2016.

El Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC por sus siglas en inglés) y la federación estadounidense de natación anunciaron la sanción este jueves. Ryan Lochte estuvo de acuerdo con la suspensión que finalizará el 30 de junio de 2017, que también lo hace inelegible para los campeonatos mundiales de julio próximo debido a que no estará disponible para clasificar a ellos en los nacionales del mes previo.

Asimismo, Ryan Lochte tampoco recibirá financiamiento mensual de ninguna de las organizaciones antes mencionadas, no podrá entrar a los centros de entrenamiento del USOC, deberá cumplir con 20 horas de servicio comunitario y no podrá formar parte de la delegación de medallistas olímpicos que visitará la Casa Blanca para ser homenajeada por el presidente de los Estados Unidos.

Gunnar Bentz, Jack Conger y Jimmy Feigen, los otros nadadores estadounidenses que estuvieron con Ryan Lochte en el episodio de la gasolinera, aceptaron sus castigos por cuatro meses. Dichas sanciones, que concluyen el 31 de diciembre, también les quitan el financiamiento y el acceso a los centros de entrenamiento, y los excluyen de la visita a la Casa Blanca.

Ganador de una medalla de oro en Rio 2016, Ryan Lochte había dicho a los medios de comunicación que él y sus tres compañeros de equipo habían sido asaltados después de una fiesta nocturna por ladrones que se hicieron pasar por policías la noche del 14 de agosto.

Sin embargo, la Policía de Rio de Janeiro aclaró el episodio cuando reveló los videos de varias cámaras de seguridad en las que se apreciaba a los nadadores estadounidenses en un gasolinera en estado de ebriedad.

Ryan Lochte y sus compañeros de equipo arribaron en un taxi y vandalizaron un área cercana a un baño y, según el gerente del establecimiento, orinaron en las paredes, y antes de retirarse pelearon con los vigilantes privados del lugar.

La historia de Ryan Lochte y sus amigos fue una humillación, primero para los anfitriones brasileños de los Juegos Olímpicos de Río 2016 y después para el equipo de natación de Estados Unidos.

Ryan Lochte se ha disculpado públicamente por el episodio después de que la policía brasileña declaró falsa la historia, un hecho que ha perjudicado su imagen y que llevó a cuatro compañías estadounidenses, entre ellas el fabricante de artículos deportivos Speedo y la marca de ropa Polo Ralph Lauren, a poner fin a su acuerdo de colaboración con el campeón olímpico.

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