Si hay algo que a una mamá no le falta es energía. Tiene fuerza para todo, pero ese vigor no viene del aire, tiene que partir de su alimentación.

El nutriólogo Gerardo Bouroncle sostiene que toda mujer desde los 40 años y, más aún, si ha sido madre debe preocuparse por prevenir la temida osteoporosis, dado que sus huesos forman un aparato óseo que aunque durante la juventud fue indestructible, ahora ya no absorbe los mismos niveles de calcio.

El especialista recomienda consumir dos lácteos al día (queso, leche y yogur) y aumentar la ingesta de verduras verdes (espinacas, brócoli, acelga) que evitarán que los huesos pierdan densidad, adelgacen y estén propensos a fracturarse.

ENTRE LOS 40 Y 50 AÑOS

Las mujeres en este período perimenopáusico son proclives a acumular grasa en la zona del abdomen y al incremento en los niveles de triglicéridos, que amenazan su sistema cardiovascular. La palta, el aceite de oliva y los frutos secos son alternativas de ‘grasas buenas’ que no perjudican la salud, a diferencia de las ‘comidas chatarras’ y dulces.

A PARTIR DE LOS 50

Bouroncle sostiene que, a esta edad, las mujeres pierden masa muscular. Una buena carga de proteína animal (pescado, pollo, res y huevo) y vegetal (quinua y menestras) garantizarán su nutrición.

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