Una madre luchadora en Lima Norte. La frase ‘este trabajo no es para las mujeres’ ya quedó en el pasado, y Avelina Jara (29) lo demuestra con la fuerza que le pone al conducir un bus de la línea Vipusa, que cubre la ruta Puente Piedra – Salaverry (Jesús María). Ella cuenta cómo empezó en este duro trabajo y las ocurrencias de su día a día.

¿Cómo termina trabajando como conductora de autobús?
Por necesidad. Después de terminar el colegio me convertí en madre soltera, así que tenía que trabajar para mantener a mi niño. Unos amigos me recomendaron en el trabajo y así entré.

¿Directamente como conductora?
No, empecé como cobradora. Un año cobré, hasta que conseguí mi brevete A3C.

¿Hace cuánto tiempo fue eso?
Si no me equivoco, en 2009.

Debe ser un trabajo duro…
Es pesadito, sobre todo porque soy chofer cobrador, así que tengo que conducir, cobrar y dar vuelto a la vez.

¿La fastidian por ser mujer?
Los pasajeros no. Ellos se admiran y a veces me felicitan por este trabajo. Los otros conductores sí, me dicen: ‘Vete a planchar’ o ‘anda a cocinar’. Lo que no saben es que igual llego a mi casa a hacerlo (risas).

¿Cuántas horas pasa al volante?
Yo me hago tres vueltas al día. Desde el paradero inicial en la urbanización Villa Estela en Puente Piedra, hasta Salaverry en Jesús María. Cada vuelta me toma aproximadamente, cuatro horas.

Termina cansadísima…
Sí, es cansado, pero no hay nada mejor que ganarse los frijoles una misma.

¿Quién se encarga de su hijo?
En mi casa lo ve mi tía, lo bueno es que vivo cerca del taller donde estacionan los buses, así que no es un trajín muy largo para dirigirme luego a mi casa y ver a mi niño.

¿Qué edad tiene él?
Ocho años, es todo un hombrecito, mi pequeño.

Me contaba que una de las cosas más complicadas es dar vuelto…
Imagina que te den 50 soles y que el pasaje sea solo S/ 1.20, ¿cómo le doy vuelto si estoy manejando? Felizmente, algunos pasajeros esperan, pero otros no me dan tiempo.

¿Lo que gana le ayuda con su hijo?
Claro. El que trabaja duro y con el sudor de su frente no se muere de hambre. Y yo me encargué de que ni mi hijo ni mi familia se mueran de hambre. Aunque de hecho yo pienso seguir creciendo.

¿A qué aspira?
Me gustaría más adelante ser conductora de buses interprovinciales o de tráileres.

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