Si no tienes dinero para comprar el pavo o lechón, ni para entregar regalos caros, no tienes que preocuparte. Lo más importante es seguir difundiendo la tradición familiar de las Navidades y dejarle claro a tus hijos que la verdadera celebración no es el momento en el que se reciben regalos, sino el instante en el que todos comparten un momento especial como una cena (que no necesariamente debe ser pavo o lechón).
Según Diana Pacheco, psicóloga de ‘Gaba Perú’, es normal que desees comprar adornos navideños, hacer una cena tradicional y entregar obsequios, pero si pasas por un momento económico difícil no debes sentirte culpable por ello.
MENOS DINERO, MÁS EMOCIÓN
Puedes entregar pequeños detalles hechos a última hora por ti misma como un cuaderno decorativo, una foto con dedicatoria o una tarjeta con buenos deseos. Para la cena podrías preparar algo rico que les guste a todos y decorar la mesa de un modo distinto a como luce todos los días.
GRAVE ERROR
Lo que no debes hacer es tratar de pasar el día de Navidad como si no fuese una fecha especial, sobre todo si hay niños en casa, porque de ese modo apagas la ilusión de esperar esta fecha para estar unidos como familia. “Si una madre apaga las luces a las 7 de la noche y manda a dormir a sus hijos hace que los pequeños pierdan el amor por esta tradición y cuando crezcan se perderán la oportunidad de emplear como excusa este día para unirse con su familia y dar amor”, dice la psicóloga Pacheco.
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