Terminan las vacaciones y nuestros hijos se niegan a volver a clases, en algunos casos en forma tajante y hasta con rabieta incluida.
Los motivos de esa negativa tienen mucho que ver con la edad del colegial y también con problemas como la timidez, el miedo a equivocarse y al fracaso (que en el colegio significa malas notas), no querer reencontrarse con algún compañero y hasta con el temor a separarse de mamá y papá. Lo primero, entonces, es conocer las causas de la negativa para volver al colegio y buscar la solución que muchas veces está en conversar con los chicos y darles la confianza que necesitan para afrontar con éxito los problemas de hoy y mañana.
Si el niño va al nido o los primeros años de primaria, los especialistas aconsejan que vayan a clases por períodos cortos de tiempo que día a día aumenten al igual que la confianza.
Se puede hacer un ensayo de cuando el escolar teme enfrentar situaciones y enseñar qué hacer ante casos desagradables de la vida real.
Importante es dar buen ejemplo en casa y asignar tareas para que nuestros hijos incrementen la confianza en sí mismos a partir de sus logros. Por ejemplo: a los escolares hay que motivarlos para que tengan listos sus útiles y felicitarlos por ello. Eso refuerza a la autoestima.
Estar comunicados con profesores y autoridades del colegio, a fin de conocer qué problemas podrían enfrentar nuestros hijos, también ayudará a que preparemos estrategias adecuadas para, por ejemplo, afrontar eventuales casos de ‘bullying’ que hacen que los estudiantes no quieran volver a clases.