Por: M. Luján
Especialistas de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) afirman que los menores no deben consumir suplementos vitamínicos, porque en lugar de mejorar el rendimiento escolar pueden provocar intoxicaciones, alergias y hemorragias. Pero, entonces, ¿de dónde deben obtenerse estos nutrientes?
La nutricionista Mariana Hermoza dice que la verdadera fuente de vitaminas para los chicos está en los alimentos que, probablemente, ya se preparan en casa.
Si su hijo presenta cansancio, exceso de sueño y bajo rendimiento escolar, no dude en incluir en su dieta preparaciones con menestras (lentejas, garbanzos, arvejas), cereales andinos (quinua, kiwicha y cañihua), brócoli y espinacas, que aportan vitaminas del complejo B y nutrientes importantes para el metabolismo ya que ayudan en la formación de glóbulos rojos y mantienen el sistema nervioso central.
También pueden consumir el hígado de pollo o de res, porque aporta vitamina K, necesaria para el desarrollo óseo de los niños.
En los desayunos y loncheras incluya pecanas, aceitunas, palta y germen de trigo que son fuente de vitamina E. Además, son antioxidantes que protegen las células del cuerpo.
Otro grupo de nutrientes importantes es la zanahoria, pescado, papaya, yema de huevo y lácteos. Contienen vitaminas A, D, E y K, y no solo mejoran las capacidades cognitivas y de aprendizaje del niño, sino que también fortalecen su sistema inmunológico impidiendo que se enfermen. (Mariela Luján Escribano)
QUE COMA CON GUSTO
Como lo más nutritivo no siempre es lo más preferido por los niños, aplique las siguientes estrategias para conseguirlo:
- Haga preparaciones creativas formando dibujos con los alimentos.
- Involucre a su hijo en la preparación de sus alimentos.
- Coma con él para que la imite.
- Use las verduras para acompañar la comida que más le agrade.
- Incluya siempre un lácteo en su lonchera como pan con queso o yogur.
- Fomente el hábito de que el primer alimento del día sea una fruta.