Carolain Cawen roba miradas en 'Bienvenida la tarde' [FOTOS Y VIDEO]

Carolain Cawen es una guapa chiclayana de 22 años que roba miradas y suspiros en ‘Bienvenida la tarde’, pero su nombre casi no es mencionado en el reality, pues todos la llaman ‘La churro crudo’, y ella asegura que no le incomoda el apodo, que tiene ‘correa ancha’. Además, confiesa que es una mujer de armas tomar y conoce algo del ‘francés’ de Natalia Málaga.

¿Cómo nace el apodo de ‘La churro crudo’?

La verdad es que soy demasiado blanca, no puedo broncearme, me pongo roja y vuelvo a mi color natural. Mi mamá es igual, pero no me molesta el apodo. Creo que hay que tener correa ancha para estar en TV. ‘La Carlota’ (Carlos Vílchez) me lo puso.

¿La naturaleza ha sido generosa contigo o tu figura es producto del gimnasio?

Antes comía todo lo que quería y no me engordaba nada, pero ahora debo cuidarme un poco. Trato de mantenerme con estética. Además, tomo mi emoliente de carretilla todos los días, me encanta.

¿Cómo tomas los piropos subidos de tono en la calle?

Estoy en contra de los mañosos.

¿Le haces el pare?

Tengo una boquita como la de Natalia Málaga, me puedo bajar a cuadrar a cualquiera que se quiera pasar de vivo. Mi típica frase es: ‘ah, pues. No te lo esperabas, qué pensabas, que era una coj…’.

¿Qué grosería repites más?

Creo que ‘huev…’, ‘no me j…’, y el ‘mier…’, y está mal, pero a veces me sale el machito que llevo adentro.

¿Te controlas?

Un poco, pero con la ‘Poly’ (Paula Ávila) es imposible, esa chiquita también tiene una ‘boquita de caramelo’. Las malas juntas no me dejan, jajaja.

¿Cómo llegas a la televisión?

Por mi cuñada Ximena Montenegro (exmodelo del programa), ella me dijo: ‘Qué te parece si te metes a la televisión’, y yo le dije: ‘tú sabes que esas cosas no van conmigo’.

Pero cambiaste de opinión.

Necesitaba un contrato, porque aquí trabajaba como anfitriona, y me dije: Hay que probar, aunque pensé que no me iban a llamar porque soy insípida.

¿Insípida?

Es que soy tímida y callada, hasta que me dan confianza y, entonces, ¡agárrate!

¿Qué balance puedes hacer de estos siete meses?

Cada experiencia nueva es un aporte, estar en la televisión es un crecimiento para mí.

¿Planes de incursionar en otra faceta? Por ejemplo, ¿canto o actuación?

Para ser actriz, tendría que estudiar. Y, en canto, no la hago. Ni que tuviera la suerte de Brunella, que un día llora por Renzo (Costa) y le sale un hit (‘Ya no me llames, ya no me busques, ya no me llores, olvídate de mí’).

Ya que hablas de relación, ¿cómo va tu romance?

Tengo una relación muy bonita hace cuatro años con Luis Montenegro. Sé que para él fue un cambio muy duro que yo entrara a la televisión, más por su forma de pensar siempre criticó a su hermana Ximena por estar en TV y que el amor de su vida haya terminado igual, fue un golpe duro.

En el reality dicen que siempre terminan y vuelven…

Es por mi carácter y forma de ser. Pasa que yo no me peleo, yo te termino. Y al otro día que me hablas, te respondo como si nada hubiera pasado. Soy un poco engreída por ser hija única. Boto mis lágrimas y digo: ‘Yo que te amo’, ‘yo que doy todo por ti’.

Entonces, eres un poco actriz…

Desde chiquita vengo ensayando para ser actriz, jajaja.

¿Sientes que es el amor de tu vida?

Por supuesto. Es totalmente diferente a mí. Siempre paro feliz y él es superserio por lo mismo de su profesión. Es militar.

¿Lo tienes chequeado?

No, es mitad y mitad. Yo me muero por él, y él se muere por mí. Es la primera vez que siento que si me vienen con un chisme, no lo creería.

¿Eres celosa?

La más celosa del planeta. No permito que nadie lo mire, no me gusta que nadie lo toque, ni le hable. No le tengo confianza a nadie, solo a mi suegra.

¿Y él es igual de celoso que tú?

No, para nada. No es un celoso explosivo.

¿Con cuatro años de relación ya están pensando en matrimonio?

Esos eran nuestros planes hasta que me metí a la televisión y tuvimos que postergarlo, pero sí estoy segura que es el hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida.
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¿Cómo se dicen de cariño?*

‘Bombi’, no sabemos por qué, pero es nuestra palabra.