Falleció Óscar Avilés

Se fue el hombre que hizo de las cuerdas el lenguaje perfecto, Ya no está entre nosotros el Señor de las canciones sentidas, de la jarana interminable. Don Óscar Avilés, amante del fútbol, seguidor de la selección, compañero de los equipos que clasificaron al Mundial, especialista en ‘charlas técnicas’ que motivaban el espíritu patriota, se ha ido al cielo para cantarle al Perú desde lo más alto. el señor también lo va a condecorar.

Óscar Avilés siempre estuvo ligado a la selección peruana de fútbol.

Óscar Avilés siempre estuvo ligado a la selección peruana de fútbol.

Un día, la historia contará que un grito de gol se ahogó junto al rasgueo débil de una guitarra que empezaba a dejar de sonar. Un día los músicos decidirán por unanimidad, que el 5 de abril sea elegido el ‘día de la nostalgia’. Es que don Óscar Avilés se fue como se van los hinchas después de cantarle, desde una tribuna, a su selección. Porque él llevaba la franja marcada en el corazón.

A los 90 años, partió al reino del Señor y sus imágenes serán eternas en nuestro mundo, donde una pelota de fútbol atrapa la atención de un país que necesita de victorias y donde él era el primer paso a conseguirla. Es que la ‘Primera guitarra del Perú’ amaba y lloraba por el suelo que lo vio nacer. Fue para las Eliminatorias del Mundial Argentina 78, que junto a su entrañable amigo, Arturo ‘Zambo’ Cavero, dieron esa inyección de peruanidad que venía muy bien.

En aquella oportunidad, nuestro rival era Chile y tuvimos que ir a enfrentarlo en Santiago. Esa noche de marzo que se hizo memorable, la dupla criolla superó la barrera de los carabineros, también a los ‘perros policías’ y logró ingresar al vestuario mucho antes que los jugadores que eran dirigidos por Marcos Calderón. Nuestros jugadores entraron, el utilero repartió los uniformes y cuando empezaban a cambiarse, desde un rincón se escuchó: ‘Tutun, tutun, tutun… Cuando despiertan mis ojos y veo…’, y todos temblaron de emoción. Se les erizó la piel. Fue la ‘charla técnica’ perfecta.

Cuenta Rubén ‘Panadero’ Díaz, integrante de ese equipo, cuando salían al campo de juego, hubo un roce con la seguridad y nuestros seleccionados, con el pecho inflado, gracias al conmovedor tema, agarraron sus chimpunes y ahuyentaron a los canes y a los gendarmes del orden. El 1-1 final con gol de Juan José Muñante nos dio derecho a soñar que estábamos abordando su ‘Jet’ rumbo a la Copa del Mundo.

Para la revancha (las Eliminatorias se jugaban por grupos y en un mismo mes) otra vez ingresaron al camarín nacional. Esta vez se unieron Remigio y Paco, hijos del presidente Francisco Morales Bermúdez. Cantaron, contagiaron y la selección superó 2-0 y de manera clara a los ‘mapochos’ con goles de Hugo Sotil y Juan Carlos Oblitas, y quedamos con la clasificación servida, que finalmente se consiguió.

José Velásquez, uno de los referentes de esos tiempos, añade algo más. “También nos visitaban en las concentraciones. Ninguno se animaba a cantar, pero sí bailábamos”, recordó.

Pero su apasionamiento por la música del maestro era tan fuerte como el amor por los suyos y sus raíces. Y jamás abandonó al ‘Equipo de todos’. Por eso, cuatro años después, antes de buscar la clasificación a España 82, se apareció con su inseparable guitarra en el ‘Country Club’, lugar de concentración y acuartelamiento de los chicos del brasileño ‘Tim’. Dicen que eran tan largos los días sin salir a la calle, que Julio César Uribe había acondicionado un cuadrilátero para desestresarse haciendo ‘guantes’ con quien quiera retarlo y, cuando don Óscar interpretó el pegajoso tema, se bajó del ring, se quitó los guantes y lo entonaron a dúo.

Y algo más, el testimonio de Eduardo Malásquez viene bien. “Aunque suene a chauvinismo, nos inculcaban el orgullo de ponernos la camiseta nacional”, comentó.

Después vinieron tiempos distintos, buenos y malos, lejos del torneo internacional de selecciones más importante del planeta, pero nunca desertó ni bajó la guardia. En las últimas Eliminatorias, con 89 años de glorias cargando sobre sus espaldas, lúcido como fue siempre en su vida, este chalaco de nacimiento, pero de todo el Perú por adopción, visitó la Videna y otra vez sus cuerdas emitieron ese sonido que entra por las venas y nos hace gritar que ¡somos peruanos, carajo! Claudio Pizarro, Paolo Guerrero, Juan Vargas y los demás compañeros, lo recibieron, lo aplaudieron, bailaron y cantaron un nuevo tema: ‘Porque yo creo en ti’.

En el 2013, este diario lo premió por ser un peruano excepcional. En el 2014 se fue al cielo, porque Dios también lo quería condecorar. Y él no se rehusó, porque sabía que allá está su compadre, el ‘Zambo’, y seguro van a armar la jarana y su vals se escuchará en cada triunfo de la selección.