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Miércoles 06 de marzo del 2013 | 06:40

El 'Sonámbulo'

El fotógrafo Gary y el mítico periodista de policiales cuentan los secretos de una buena alimentación de un “periodista lechucero”

El fotógrafo Gary llegó al restaurante por sus tallarines rojos con su asado encima y un plato de papa a la huancaína con su aceituna y su lechuguita.

“María, me encontré tempranito con mi amigo, el mítico periodista de Policiales, “El Sonámbulo”. “Gary, te invito un caldo de gallina en Aramburú. Mi mujer se fue a Chiclayo a visitar a su familia y no me preparó mi caldo de gallina, con que me recibe todas las mañanas cuando llego de trabajar.

María, “El Sonámbulo” es el único periodista de la crónica roja que solo ha trabajado en el turno de madrugada. Solo él sabe lo que significan las frías noches para los hombres de prensa que recorren la gran Lima recogiendo cadáveres acuchillados, achicharrados por incendios, peleas entre pandillas o crímenes pasionales. “Gary, en la madrugada, no sé por qué razón afloran los peores instintos del ser humano y también en los animales. Hasta los perros te quieren despedazar a mordiscones”.

Durante nuestro rico desayuno con caldo de gallina, “El Sonámbulo” me confesó que una buena dieta es imprescindible para un buen periodista “lechucero”. Somos distintos a los colegas de policiales del turno de mañana. Conocí a famosos periodistas policíacos diurnos como el “Tío Polito”, Jimmy Torres, “Cachema” o el “Tío Bar”. Ellos eran cebicheros, porque al mediodía te da sed y te provoca un cebiche. Más aún si estás en el Callao, donde siempre hay “carne” para los policíacos o la Dirincri, donde alrededor de la avenida España o por Guzmán Blanco, en Jesús María, puedes irte al “Tiburón”.

Pero los “lechuceros” trabajamos con la temperatura baja, así sea verano. Las madrugadas son frías todo el año. Por eso recalamos en los caldos de gallina. Antes había uno por el óvalo “Arriola”. También en la avenida Canadá. Los colegas antiguos se calientan con los caldos de cabeza de vaca o carnero en la plaza “Unión” o en el mercado de “La Aurora”.

Pero yo te doy un secreto, Gary, cada tres días a la semana, en invierno, le digo al “caña” que me lleve a la avenida Aviación, en “La Parada”, allí en una esquina me tomo un extracto de rana. Llego a mi casa revitalizado y cumplo con mi señora como debe ser. Y en la otra cuadra está la señora de Cerro de Pasco, que me prepara mi chupín de rana.

Tiene a los anfibios en un acuario y los saca fresquecitos y allí los abre y enseguida los hierve. A veces, le pido que me lo fría con arrocito blanco y papa sancochada. Los periodistas “lechuceros” tenemos una dieta particular. Porque hay que tener resistencia para cumplir todas las noches sin dormir. Me olvidaba, de mis vasos de maca y quinua, básicos para dormir como un bebé todo el día”. Pucha, el señor “Sonámbulo” es un gran periodista de madrugada y es tan buena gente que comparte sus secretos con sus amigos. Me voy, cuídense.