Ricky Tosso: 'El Búho' le dedica esta semblanza

Nuestro columnista habla sobre la partida del cómico Ricky Tosso.

Nuestro columnista habla sobre la partida del cómico Ricky Tosso.

Nuestro columnista habla sobre la partida del cómico Ricky Tosso.

Este Búho no puede dejar de admirar la manera cómo dejó este mundo Ricky Tosso, gran actor y director de teatro cuyas brillantes incursiones en la comicidad, en sus inicios, nunca podrán ensombrecer el talento que le imprimió a sus papeles dramáticos posteriores, tanto en cine como en televisión, como el mil veces malvado ‘Gaspar’ de ‘Las tres Marías’. Admiro, decía, su lucha y fortaleza para seguir en lo suyo hasta que sus fuerzas se evaporaron. Trabajando en medio de una batalla desigual contra un cáncer pulmonar que lo tumbó una vez, pero volvió a levantarse para seguir frente a una cámara. Y se fue de este mundo construyendo su último personaje, un villano tan bien caracterizado que se ganó el odio de miles de televidentes. “Todo lo contrario a su verdadera personalidad”, a decir de sus compañeros de profesión. En este último rol, volcó su talento. Por eso su muerte, a los 56 años, se volvió tendencia no solo en las redes sociales. Desde México, Édgar Vivar, el ‘Señor Barriga’ de ‘La vecindad’ del ‘Chavo del 8’, envió un conmovedor mensaje por su partida: “Hoy, Ricky Tosso fue de gira a hacer sonreír a los ángeles. Buen viaje, amigo”. El mexicano había trabajado con él en la obra teatral ‘En el parque’, que dirigió Doménico Poggi, y donde también actuó el único hijo del artista, Stefano Tosso. Este columnista siempre pensó que ‘lo que se hereda, no se hurta’. Por tanto, Ricky heredó el talento de su padre, el primer actor Ricardo Tosso, que se hizo célebre por su personaje ‘Mi payachi’ en la tele en blanco y negro, a inicios de los 70.

Allí, con diez años, su hijo Ricky hizo sus pinitos en la televisión. Pero, al igual que los grandes actores televisivos versátiles, como Adolfo Chuiman, también estudió teatro clásico en Buenos Aires y Guayaquil. Por eso, su contribución al teatro nacional siempre será reconocida. Sobre todo, porque en momentos en que la televisión es capturada por ‘pandillas basura’, que desnudan miserias a puro maleteo y por dinero, Tosso, con ‘Teatro desde el teatro’, presentaba obras cada fin de semana para disfrutarlas desde la calidez del hogar, en familia. Cultura los sábados por la noche. Con debilidades como cualquier ser humano, según apuntan quienes trabajaron con él, fumaba hasta cuatro cajetillas diarias y eso, lamentablemente, le pasó factura. Antiguas colegas de los tiempos de ‘Risas y salsa’, a finales de los 80 e inicios de los 90, como Patricia Alquinta, y las jovencitas comunicadoras que trabajaron con él, en su espacio de cocina en Willax TV, coinciden en señalar que el actor era “una persona dispuesta a dar consejos, a orientar y extender una mano a quien lo necesitaba”. Este Búho lo recuerda con su peluca ondulada, haciendo muecas, ‘viroladas’, en ‘Los detectilocos’, programa cómico que creó para América en 1984. Llegaba cansado, tenso, de San Marcos a mi casa de Mirones, y mientras devoraba mi cena, me mataba de risa con el espacio cómico de esos detectives chiflados. Allí actuaba con otro inolvidable, Ricardo Fernández, y la bandida de Jenny Negri. Tanto me reía que mi hermana Charo, una noche, se me acercó intrigada y me dijo al oído: “Oye, no estarás fumando alguna cochinada, ¿no?” Nada que ver. Era el humor desestresante de Ricky y compañía que actuaba como un bálsamo en una época agobiante con los terroristas de Sendero Luminoso, que metían bombas y mataban gente inocente. Gracias por eso Ricky, descansa en paz.

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