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Deportistas peruanos

Quienes lo vieron jugar dicen que era un torbellino de siete pulmones en la volante de ese Perú que levantó una Copa América en 1975. Le decían el ‘Flaco’ porque pese a voltear todas las ollas de la concentración, nunca pesó más de 65 kilos. El muchachito nacido en Piura, criado con sudado de cachemas y mazamorras de zapallito loche, fue junto al arquero Ottorino Sartor el único en jugar los 90 minutos de todos los partidos de esa campaña memorable en la historia del fútbol nacional.

Profesor, me dijo don Héctor Chumpitaz que si hoy le ponían un GPS, lo rompía con todo lo que corría…

Ja,ja,ja. Pero no era correr por correr, sabía cómo hacerlo. Antes las posiciones eran fijas, estáticas, pero con los monstruos que jugaba al lado, me contagiaba y me iba tocando hasta el área con Cubillas, Oblitas y el ‘Trucha’ Rojas.

Pero dicen también que a los pocos segundos, ya estaba quitando pelotas cerca de su propia área…

Me recuperaba rápido, tenía buen físico. Lo bueno es que atrás tenía a dos titanes como Héctor Chumpitaz y Julio Meléndez.

Ambos lo ordenaban a puro grito, ¿imagino?

No. ‘Chumpi’ nunca gritaba. Uno volteaba a verlo con el rabillo del ojo y ya sabías que te cubría. Pero Julio, con ese vozarrón que tiene, sí te gritaba, te ordenaba, te hinchaba la oreja.

¿Hoy tenemos un volante de sus características?

No es por darme la parte, sobrino, pero no hay uno así. Y no lo digo de sobrado, sino porque atrás de los que hoy están en mi puesto no hay un Julio Meléndez o delante no tienen un Juan Carlos Oblitas, como un Percy Rojas.

¿Ese equipo era una máquina?

Y teníamos jugadores de calidad para hacer tres selecciones. Antes te lesionabas y no te esperaban, porque atrás había tres que entraban con la misma calidad.

No le pido que le haga el equipo al ‘Tigre’ Gareca, ¿pero quién debería jugar en su puesto?

Me gustaría verlo a Carlos Ascues acompañado de Josepmir Ballón. El primero me gusta más como volante que como zaguero. Y el segundo es un muchacho con mucho despliegue, solo que a veces tendría que regresar a cubrir los huecos que genera cuando sale.

¿Antes no se pensaba en nacionalizar volantes de contención o sí?

Para nada, los únicos nacionalizados eran los arqueros. Como te digo, había mucha calidad.

Ahora que se juntó el grupo de la Copa América, ¿con quién le encantó encontrarse?

Con el ‘Loquito’ Enrique Casaretto, no lo veía casi 30 años. Lo he visto más viejito ja,ja,ja. Pero era el más jodido.

¿Una anécdota que recuerde del ‘Loco’?

Un día Pedrito Ruiz estaba con gripe y, como antes dormíamos en pabellones, el ‘Loco’ se acercó hasta su cama, le abrió las cuatro ventanas y le dijo: ‘Pedrito, el aire fresco te va a hacer bien’. El pobre hizo fiebre y por poco le da pulmonía. Todo por el chiste del ‘Loco’.

¿Es verdad que en Brasil se puso tanga?

En Belo Horizonte, cuando le ganamos a Brasil, el ‘Loco’ se puso una tanga de mujer y se puso a correr por el pasillo del hotel. Con tanto escándalo salió Marcos Calderón, aguaitó por la puerta, movió la cabeza y se metió.

¿En Cristal también era así?

Ahí consiguió permiso para salir por las tardes a ‘trabajar’. Salía en terno y con un maletín ‘James Bond’. Un día le abrimos el maletín para ver en qué trabajaba y encontramos como cien condones…

El vestuario, ¿era salsa o música criolla?

Escuchábamos salsa y música criolla, también. Un día que jugamos en Lima, calentábamos en el túnel que estaba debajo de la tribuna sur y cuando terminamos, fuimos al camarín y estaban el ‘Zambo’ Cavero, grandazo, y con el maestro Óscar Avilés. Tocaban y tú salías a comerte a los rivales.

¿Le tocó el famoso reloj del ‘Cholo’ Sotil?

Claro. Pesaba, era muy bonito. Lo conservé dos años y por dejar mi carro en la puerta del Hospital Dos de Mayo me lo abrieron y se robaron mi maletín. Allí se fue mi querido reloj.

¿Es verdad que se tomaron todo la noche del título?

Sí, festejamos dentro del hotel. Los únicos que salieron fueron Otto Sartor, ‘Chevo’ Acasuzo y ‘Caíco’ Gonzales. A la hora regresaron cargando en brazos a ‘Caíco’. Le había chocado el trago. Tremendo zambazo y no estaba acostumbrado a tomar.

Enséñele un poco de esta historia a sus calichines aquí, profesor, para que crezcan sabiendo de títulos.

Eso les digo siempre, que yo he jugado un Mundial y he sido campeón de la Copa América y que ellos también lo pueden lograr. Que estaré orgulloso si lo logran, pero igual de orgulloso si son personas de bien.

Gracias ‘profe’, que no lleguemos a los 50 años sin ganar la Copa América.

Gracias a ustedes, muchachos, y espero que nuestro fútbol despierte de este sueño y toquemos otra vez la gloria.