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Copa América

Sus manos fueron la mejor fortaleza en medio de la guerra. Sus reflejos, elásticos como el hondear de nuestra bandera. Su temperamento, bravo como las olas que golpean la costa de su querida tierra, Chancay. Ottorino Sartor, el mejor arquero de Perú en la década de los setenta, nos recibe en su cálido y amistoso puerto que lo tiene como hijo predilecto desde que en 1975 engalanara las calles con la gloria de haber conseguido la “Copa América”.http://trome.pe/tag/268945/copa-america.

Don Ottorino, cuéntenos…

Muchachos, díganme Otto nomás, estamos en confianza…

Gracias Otto por la confianza, un gesto propio de un campeón.

Mira, hace cuarenta años que he levantado una Copa América y jamás me la creí. Nunca pisé huevos y menos ahora, pues. Por eso es que aquí, en mi tierra, todos me quieren. Hasta los rivales nos respetaban.

¿Qué es lo que más recuerda de esos días de gloria?

Todo, me parece como si hubiera sido ayer que estábamos en el campo peleando con los más grandes y fajándonos por el Perú, porque en ese tiempo todo era amor a la camiseta.

¿No había los premios que se pagan ahora?

No había ni para los uniformes, con eso te digo bastante. ¿Por qué crees que Héctor (Chumpitaz) tenía esa casaquilla con las mangas largas?, porque no había para hacer otro juego de uniformes con las mangas cortas. Así era la situación.

¿Cuál fue el premio por salir campeones?

Con las justas llegamos a 300 dólares, creo. No es como ahora que tienes dos juegos de uniformes nuevos por partido, nuestras camisetas tenían como 15 lavadas.

¿Es cierto que les descontaron lo gastado en la lavandería?

Eso lo contó el ‘Flaco’ Quesada, pero algo hay de cierto.

Otto, a pesar de ser descendiente de italianos siempre se sintió más peruano que la chicha morada…

Mira, mi padre vino en un barco desde Italia con Aristóteles Onassis escapando de la guerra. En ese tiempo era misio, hasta incluso mi padre le compró tabaco y aceite, que era su negocio. Papá se bajó aquí en Perú y el griego siguió hasta Argentina y se convirtió en el hombre más rico del mundo. Yo nací aquí en Chancay y creo que moriré en mi tierra. Aquí aprendí el amor a mi patria, por todas las historias que hay de este puerto luchador, de héroes.

Nos dijo el ‘Capitán de América’ que usted fue al primero al que le dijeron ‘Superman’. ¿Era por los reflejos?

Ja, ja, ja. Es verdad, así me decían, pero porque estaba arreglado. El ‘Loco’ Casaretto me decía James Bond y así me ponían al centro pues, porque en ese tiempo manejaba mi pinta.

Otro compañero suyo nos contó que con esa ‘piedra’ las mujeres le entregaban todo. ¿Lo acosaban?

Ja, ja, ja. Las cosas que me hacen hablar ustedes. Era cierto, a veces las chicas me llamaban a la concentración y me esperaban a la salida del estadio. Ya sabían que yo salía por la puerta cuatro con el equipo y esperaba al final y salía por la puerta 21, ja, ja, ja. Imagínate cómo la rompía.

Dicen que nadie quería ir con usted a las fiestas, porque era mucha competencia.

No, no es cierto, todos éramos muy amigos. Habían grupos, como en todo equipo, pero a la hora de entrar al campo éramos hermanos de padre y madre. Muy solidarios unos con otros.

¿Nadie le hacía muecas si sacaba mal o se demoraba para lanzar la pelota?

Imposible, todos nos respetábamos. Si alguien te miraba mal, lo cuadrabas en el vestuario. Nosotros nos sacábamos al fresco rapidito nomás, sino eso podría crecer.

¿Es cierto o mito que ante Brasil tapó sin guantes?

Es verdad, antes se tapaba con la mano pelada, y ante Brasil lo hice así. Encima la pelota era más complicada, porque pesaba mucho y era de otro material. Ahora los balones parecen globos de cumpleaños.

¿Por qué esta crisis de arqueros que tenemos?

Técnicamente estamos en un nivel muy bajo. Pero creo que hay esperanza, a mí me gusta mucho el chico Pedro Gallese. Le veo muchas condiciones y encima me parece un muchacho sencillo. Hay muchos porteros que se quieren hacer los locos, pero son pura figura. Libman también me parece un golero serio.

¿Es un buen mensaje que se piense en arqueros de provincia y se deje de lado las figuras de Alianza y la ‘U’?

Yo viví eso en carne propia. Hice una buena Eliminatoria y la gira premundial de México ‘70, pero como era del Defensor Arica me arrimaron para poner a uno de la ‘U’. Luego en el Mundial del ‘78 ya fue decisión del entrenador que no atajara.

Don Otto, ¿por qué no está en la Videna preparando a nuestros arqueros?

Son cosas que pasan. Estuve en nada, sin chamba, como se dice pateando cilindros, hasta que el alcalde de Chancay, Juan Álvarez, me dio la posibilidad de ser el coordinador de deportes, sino qué sería de mi vida. Como ustedes saben, nosotros no tenemos sueldos, estamos olvidados y a nuestra edad todo se hace más complicado.

Su nombre está en el Estadio Nacional con los ‘laureles deportivos’.

Sí, eso es maravilloso. Ahora cuando nos juntamos con mis compañeros hablamos y nos contamos nuestros sufrimientos, nuestros dramas, nuestras dolencias propias de la edad y, sobre todo, la falta de dinero para poder tener una vejez digna. No pedimos millonadas, solo algo para vivir decentemente. Es muy duro llegar a mi edad sin tener un sueldo seguro y muchos de mis compañeros lo sufren día a día. Es para llorar. Solo queda seguir luchando.

Un mensaje, profesor, para los muchachos que van a viajar a Chile a pelear por llegar lo más lejos que se pueda.

Que entreguen todo. Que desde que te pones la camiseta de Perú no es para probar ni intentar, es para campeonar.