Así como en el verano te cuidaste de no contraer conjuntivitis, en esta temporada tendrás que protegerte del ojo seco, mal que se origina en climas fríos debido a una lubricación deficiente.
Carlos Andrés Wong, del Instituto Oftalmológico Wong, indica que el ojo seco en realidad es un síndrome (conjunto de síntomas) producido por la ausencia de algún componente de las lágrimas. De pronto, la persona empieza a notar ardor, enrojecimiento, sensación de tener un cuerpo extraño o visión borrosa intermitente que mejora al parpadear.
Se sabe que las corrientes de aire lo producen, al igual que el uso excesivo de la computadora, e incluso puede derivarse de una enfermedad sistémica (artritis reumatoide), infección ocular previa o cambios hormonales (menopausia).
PRUEBA
Cuando una persona sospecha que padece de ojo seco, debe practicarse el test de Schirmer. “Consiste en la colocación de una tira en el saco lagrimal de cada ojo para medir la cantidad de lágrimas que produce”, sostiene Wong.
SOLUCIÓN
Es recomendado el uso de lágrimas artificiales o suero en gotas. Se sugiere atender a tiempo este síndrome porque si se vuelve severo, predispone al paciente a contraer infecciones y a que su visión disminuya.
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